David Barral, delantero gaditano del Granada, ha roto su silencio después del altercado que protagonizó con Isaac Cuenca, compañero de equipo, y por el que fue apartado de empleo y sueldo con los nazaríes.
En declaraciones a la Ser, Barral afirma que lo peor de este castigo ha sido tener que entrenarse "con cuatro viejas al lado" en un gimnasio privado ante la imposibilidad de ejercitarse con el resto de sus compañeros.
El futbolista afirma que estuvo a punto de llegar a las manos, pero que no hubo agresión porque en tal caso no habría vuelto a la normalidad con su compañero. "A las dos horas del incidente ya había hecho las paces con Cuenca", añadió.
"No sé si el Granada quiere forzar mi salida, a todos nos ha extrañado el comunicado tan alarmante que hizo. Yo quiero seguir en el Granada, tengo una cuenta pendiente porque no he podido triunfar aquí y hacer goles", concluyó.