Juanmi Jiménez, delantero malagueño de la Real Sociedad, fue ayer expulsado en el derbi guipuzcoano ante el Eibar (empate a dos) después de ver dos amarillas. La primera de ellas ha molestado a la Real y al mundo del deporte en general porque fue mostrada después de que Juanmi se levantase la camiseta para mostrar otra de homenaje a Pablo Ráez, el deportista malagueño de 20 años fallecido a causa de un cáncer y que se había convertido en un icono de la donación de médula.
El reglamento establece que si un futbolista muestra una camiseta (con el mensaje que sea) el árbitro debe mostrar amarilla. Fue una modificación que introdujo la FIFA después de que hubiera futbolistas que mostrasen mensajes publicitarios en esas camisetas interiores. Así pues, la amarilla está, normativamente bien sacada.
¿Podría habérsela ahorrado Undiano Mallenco, el árbitro del partido? Sí, pero habría sido un fallo técnico que podría haberle causado problemas ante el comité. Lo curioso es que el colegiado cometió otro fallo al no incluir en el acta el mensaje que portaba Juanmi. El reglamento obliga a escribir en este documento el contenido del mensaje mostrado en la camiseta.
La lógica dice que la Real Sociedad reclamará la primera amarilla y que el juez único de competición se la retirará.