
Rafa Benítez está de vuelta. El entrenador del Newcastle certificó ayer el ascenso de las urracas a la Premier League después de no haber conseguido la salvación del equipo el curso pasado, esa temporada que el madrileño comenzó al frente del Real Madrid, ésa en la que su madridismo se vio desgastado hasta rozar el despecho por el club en el que se formó como técnico.
Benítez, hace apenas dos años, exudaba madridismo. En su presentación, por poner un ejemplo, lloró. Lloró al ver que cumplía el sueño de ser entrenador del equipo de su corazón. De dirigir un proyecto grande que muy pronto lo fagocitó. Y eso que él hizo todo lo que le pidieron que hiciera.
Por ejemplo, mimar a Bale. Por ejemplo, aplicar métodos más estrictos que un Ancelotti al que se le echó, entre otros motivos, por no tener trabajado al equipo. Benítez hizo todo eso y más: mano dura en el vestuario, un trabajo táctico y técnico constante. Pero no le sirvió. Los resultados (y el vestuario) se lo llevaron por delante y aquellos que lo habían colocado en el banquillo lo despidieron para poner a Zidane sin inmutarse, sin casi darle las gracias por los servicios prestados.
Por eso su madridismo ha menguado. O, por lo menos, lo esconde con tal de no mostrárselo a sus actuales representantes. Por eso afirma que no vio el clásico.
"No lo vi. Estaba preparando mi partido. Como son tan seguidos, no te da tiempo a ver otros partidos", afirmó ayer en la Cope en una respuesta con tono a excusa que se confirmó cuando le cuestionaron por si deseaba que el Madrid ganara la Champions o la Liga.
"Lo que quiero es que gane mucho el Newcastle. Me toca disfrutar del Newcastle", dijo. Cero referencias al Madrid, y sí alguna que otra hacia el respeto que siente en Inglaterra.
"El esfuerzo y el apoyo de los aficionados fue espectacular. Por lealtad me quedé. En Inglaterra se reconoce el trabajo y la profesionalidad. Eso siempre es una satisfacción", afirmó. El respeto que no encontró en Madrid y que le ha hecho sentirse desterrado de su madridismo. Un madridista despechado.