El Atlético Féminas hizo historia este pasado fin de semana al coronarse, por primera vez en su historia, campeón de la Liga Iberdrola. Las jugadoras rojiblancas, con una victoria ante la Real Sociedad, cerraron un año imperial en la competición liguera (78 puntos, 91 goles e invictas en 30 partidos) que ha acabado con una pírrica recompensa económica: 54 euros por futbolista como prima por quedar en lo más alto de la tabla.
Tal y como informa Público, el Atlético de Madrid, tal y como estipula la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha destinado un total de 1.352,28 euros al total de la plantilla en concepto de prima, una cantidad extremadamente inferior si se compara con la que perciben los ganadores del trofeo masculino.
Cada uno de los futbolistas del Real Madrid, después de conseguir el mismo fin de semana su título liguero número 33, se embolsará aproximadamente 300.000 euros. O lo que es lo mismo, una prima 5.555 veces mayor que la de sus compañeras.
La abismal diferencia entre una y otra liga evidencia la desigualdad de género en el mundo del fútbol. En lo que concierna al español, y a pesar de tímidos intentos por visibilizar la liga femenina, sigue existiendo mucho camino por recorrer. La profesionalización de la categoría máxima es el punto más urgente, pero la reforma se antoja necesariamente mucho más profunda.
En paralelo a una rutina de competición ya bastante exigente (a menudo siguen los mismos procedimientos que sus socios masculinos), las jugadoras de fútbol femenino compaginan con frecuencia su actividad deportiva con otras alternativas, como la del estudio. Algo indispensable si se quiere mirar más allá de una carrera deportiva que, si bien en su transcurso permite la supervivencia y poco más, no proporciona un futuro digno si no se buscan salidas complementarias.