James ya no es jugador del Real Madrid. El colombiano fue ayer presentado como nuevo refuerzo del Bayern de Múnich. Su salida fue acelerada y en un formato, el de cesión con opción de compra, poco habitual. ¿Por qué? Porque Zidane no quería que le colombiano viajara a Los Ángeles para iniciar la gira norteamericana con los blancos. Las prisas y la manera cómo se ha producido la marcha no ha sentado nada bien en el vestuario del Real Madrid. El equipo está molesto, muy molesto, por cómo se ha resuelto el caso.
Antón Meana, periodista de la Cadena Ser que sigue al Real Madrid, ha sido el encargado de desvelar este malestar.
"La salida de James sentó como una bomba en el vestuario, sabían que se estaba buscando una fórmula para que saliera, pero la sensación en el vestuario es que todos se quitan un peso de encima. El vestuario en esta guerra Zidane-James, estaba del lado del jugador aunque entienden que Zidane es siempre justo, o casi, con los jugadores, pero era incómodo ver a James triste", ha revelado en El Larguero.
Las relaciones entre el futbolista y el entrenador no eran las mejores. En el tramo final de temporada pasada las distancias se agigantaron. El colofón fue la final de la Champions. Zidane, sabedor de que este verano el jugador se marcharía, lo dejó fuera de la lista. El enfado de James fue tal, que no lo escondió tras ganar el título. Apenas saludó al técnico después de ganar a la Juve. Es más, tuvo que ser Zidane el que se acercara para chocar la mano del jugador. Poco más.
Era el inicio de un divorcio anunciado en el que el Real Madrid ha tenido que poner de su parte para forzar la salida. Aunque el club blanco reclamaba 70 millones por su venta, las primeras cifras filtradas apuntan a que, en el mejor de los casos, el club sacará 42,5 millones de euros por el total del traspaso, siempre y cuando el Bayern decida comprar al jugador en 2019.