El Real Madrid sufrió el primer traspié de la temporada empatando ante el Valencia en el Santiago Bernabéu, pero en el mismo escenario y al mismo tiempo se comprobó que la dinámica ha cambiado de manera definitiva en el club blanco. El orden establecido en Chamartín ha sido derribado por Marco Asensio.
Si el curso 16/17 fue el de la revelación, el inicio del 17/18 parece el de la consolidación, el de la conquista por parte de un jugador que derriba las puertas a patadas. Con cuatro goles y dos exhibiciones individuales (en la vuelta de la Supercopa de España ante el Barcelona y este pasado domingo ante los de Marcelino), el '20' ha puesto patas arriba el equilibrio de fuerzas en el ataque madridista.
Asensio se perfila como una de las grandes esperanzas del fútbol patrio y hace tambalearse una realidad, la 'BBC', que a pesar de que lleva cuatro años vigente, pasa por su momento más frágil desde la llegada de Gareth Bale en 2013. Precisamente, el galés fue despedido por el respetable blanco con una sonora pitada tras un partido anodino y sin influencia. En el mismo encuentro se pudo ver, por el contrario, a un futbolista que tiró del carro (con autoridad, ejecutando una falta que significó el empate) y mostró dotes de mando. Dos mundos completamente diferentes que conviven en el mismo vestuario.
El Bernabéu ha elegido partidario, y lo cierto es que Zinedine Zidane, que defendió al '11' con vehemencia en rueda de prensa, no tembló cuando tuvo que sustituir al galés y dejar a Asensio en el césped. El momento de forma, el talento y la progresión saltan a la vista: el mediapunta está capacitado para ser titular y acumula muchos más méritos que un Bale que sigue desfigurado desde que regresó de su lesión de tobillo allá por el mes de febrero. A día de hoy, no suena descabellado ni antinatural que sea él quien ocupe uno de los costados de ataque relegando al de Cardiff al banquillo. Algo similar ocurre con Isco Alarcón, que también está capacitado para jugar algo más retrasado en el césped.
Pero no solo eso: la insultante superioridad del español pone en una delicada situación a Karim Benzema, la segunda víctima del empate ante el Valencia. El galo, que desperdició varias ocasiones clarísimas, recibió igualmente pitos por parte de la grada. Sin embargo, el '9' cuenta con algo a su favor: es el único ariete puro de garantías en la plantilla. Borja Mayoral es un clarísimo suplente solo Cristiano, reconvertido, podría cumplir esa función. En todo caso, más huecos y opciones para la infiltración de Asensio como titular.
Oportunidades, todas ellas, creadas a base de trabajo, derroche de calidad y golazos que generan todavía más ruido para la creación de una nueva imagen del madridismo: la de uno de los jugadores llamados a liderar al equipo blanco y a la Selección en los próximos años, quizá en la próxima década. Asensio no se para contra nada ni contra nadie. No es de extrañar que haya sido el primer jugador que haya puesto en verdadero peligro a la institucionalizada 'BBC'.