
Cristiano Ronaldo, jugador franquicia del Real Madrid, vive en un estado de infelicidad constante. Al menos en esta temporada que, para él, comenzó como siempre (un gol en el Camp Nou) y siguió como nunca (una roja en el mismo escenario). Aquel incidente parece haberle marcado hasta dejarlo gafado ante la puerta contraria. Al menos en Liga, donde solo lleva un gol en once jornadas. Inaudito.
Eso no significa que CR7 no haga buenos partidos. Ante Las Palmas, por ejemplo, cuajó un duelo interesante. De notable. Y participó de forma activa y eficaz. Mandó un balón al palo y otro que lamió la cruceta.
Pero eso a Cristiano no le sirve. Sólo le sacian los goles. Ni siquiera una magnífica asistencia a Isco en el 3-0 calmó sus ánimos. Al contrario, sirvió para evidenciar que estaba enfadado. Muy enfadado.
Las cámaras lo enfocaron en ese instante, durante varios segundos, justo tras ver como el andaluz metía la bola en la portería, y el delantero portugués, lejos de alegrarse, se negó a festejar un tanto importante que servía para dar tregua a la crisis antes del parón por selecciones, antes del derbi en el Metropolitano.
Isco fue corriendo para celebrarlo con CR7, como si en verdad el gol fuera de 'The Best' y no suyo. Sus compañeros se dividieron entre aquellos que se fueron a dar mimos a Cristiano y los que querían felicitar a Isco por su obra. Al final todos se decantaron por la primera alternativa y acabaron mostrando su cariño a la estrella del equipo.
Pero a Cristiano nada le aplacó el malestar. Se le notaba en la cara que no le gustaba que ese 3-0 no llevara su firma. Estaba enfadado. "Está claro que los goles ya llegarán. Karim es más generoso. Cristiano es verdad que vive del gol y si no marca está molesto. No nos preocupa que hayan marcado pocos goles porque al final de temporada marcan la diferencia", dijo Ramos al terminar el partido en las cámaras de Movistar Partidazo.
Así es Cristiano en este inicio de temporada. Vive en un estado de infelicidad constante.