El Real Madrid se ha cansado de Gareth Bale. La última lesión que ha sufrido el galés, una rotura de fibras que lo dejará fuera del campo un mes, aproximadamente, han colmado la paciencia del club merengue. El próximo verano, el delantero, salvo sorpresa, estará en el mercado. Se escucharán ofertas por él si esas ofertas se acercan a los 100 millones de euros. Mientras, los blancos ya le buscan sustituto.
Los principales candidatos están en París. Son Neymar y Mbappé. Pero no son los únicos. Kane, del Tottenham, o Hazard, del Chelsea, también gustan en el Paseo de la Castellana. Hace tiempo que todos ellos están en el punto de mira, pero el Real Madrid no terminó de dar jamás el paso de ficharlos, entre otras cuestiones, porque la presencia de Bale en la plantilla.
El de Cardiff ponía complicada estas llegadas por su ya perdida inviolabilidad. El verano pasado, sin ir más lejos, Zidane dejó claro que si querían atar a Mbappé, sería previa salida de Bale.
No quería un conflicto por una posible suplencia prolongada del ex del Tottenham. El Real Madrid no fue a por Mbappé (Mbappé también lo puso complicado precisamente porque no se veía con hueco ante la competencia de Bale) y allí se cerró un episodio que se podría reabrir en el próximo mercado estival de fichajes.
Sin paciencia para tanta fragilidad
Cuenta el diario As que la decisión de dar salida a Bale este verano ha llegado con la última lesión del delantero, pero que, en verdad, se había venido fraguando con cada dolencia. Con cada recaída en sus múltiples problemas musculares o después de esas lesiones que en otros jugadores no suelen necesitar tanto tiempo de recuperación como sucede con él, con Bale.
En este año 2017 para el olvido, Bale sólo ha completado cuatro partidos de principio a fin. La culpa la tuvo una lesión de tobillo que se produjo hace cosa de un año, cuando el Madrid visitó al Sporting de Portugal. Reapareció el 23 de abril, en un clásico en el que recayó. Le dio tiempo a jugar unos minutos en la final de Cárdiff, en su tierra, y a levantar la Duodécima. Poco más.
Tras un verano en el que parecía que recuperaría la forma ideal, arropado por la paciencia de Zidane, Bale se volvió a romper en Dortmund y, ahora, cuando estaba a punto de reaparecer, ha vuelto a sufrir un problema muscular que le hace ser duda para lo que queda de 2017. Suma y sigue constante frente al que los directivos merengues se han hartado. Toca vender a Bale, opinan por el Bernabéu.