El caso Kepa Arrizabalaga ha entrado en una fase de espiral huracanada. Tan pronto parece enfilado hacia una dirección, cambia de manera brusca y se vuelca hacia la contraria a la espera de un nuevo cambio. El enésimo. Esta vez ha sido el Athletic el encargado de provocar introducir nuevos factores para conseguir su continuidad. Se trata de un paso importante. Los leones han cedido y prometen dar al arquero lo que quiere. Esta contraoferta podría ser clave en todo este asunto y truncar el fichaje del guardameta por el Real Madrid.
Cuenta ETB, la televisión pública vasca, que el Athletic ha aceptado rebajar la cláusula de rescisión del futbolista, la principal reclamación que los agentes del jugador, de la agencia de representación Bahía, habían argumentado para negarse a firmar acuerdo alguno.
El Athletic quería que la libertad de Kepa costase cerca de 70 millones de euros, lo que practicamente ataría de por vida (o al menos, lo que durase esta renovación) al Athletic. Con Urrutia de presidente, el club no negocia salidas. O se paga esta cláusula, o no nada. Y 70 millones de precio para un portero es demasiado.
Por eso los agentes del canterano reclamaron un valor menor (40 millones) para que, llegado el caso, pudiera abandonar el club. Incluso propusieron que el salario del futbolista no fuera tan elevado como el mismo Athletic ofertaba. Le ponían sobre la mesa 2,2 millones de euros brutos por año, lejos de los emolumentos propuestos por el Athletic, que lo situaban entre los cinco mejores pagados de la plantilla.
Con esta nueva iniciativa, la directiva rojiblanca se asegura que ahora la decisión dependa íntegramente del futbolista y que, si finalmente Kepa no renueva, nadie pueda acusar al Athletic de no haber hecho lo máximo. Que todas las miradas y dedos señalen, por tanto al jugador.
Con la pelota sobre su tejado, ahora le toca decidir al propio Kepa entre las tres opciones que tiene: renovar, fichar por el Madrid en enero o fichar por los blancos en junio. Esta última opción le haría embolsarse 20 millones de prima de fichaje, pero le arriesga a no jugar desde enero y, por tanto, elevar las opciones de no ir convocado al Mundial de Rusia.
