La crisis del Real Madrid ha impulsado a los dirigentes del club blanco a tomar medidas drásticas para evitar la hemorragia. Con el 7-1 al Deportivo de la Coruña, la herida sigue abierta, pero ya mana menos sangre. Eso, sangre, se dejó sobre el césped Cristiano Ronaldo. Se abrió una brecha en la cara tras marcar su segundo gol de la tarde ante los gallegos. El luso no celebró los goles (ni los de su equipo), pero mostró una mejoría en su juego. En el Bernabéu no creen que sea casualidad. Algo habrá tenido que ver su cena secreta con Sergio Ramos, ésa que fomentó el presidente, Florentino Pérez.
Onda Cero ha desvelado la existencia de ese encuentro. Es una de las muchas iniciativas que han tomado los mandatarios para frenar esta crisis. Cuenta Marca que desde finales de 2017 no han parado de sucederse las reuniones.
Las de Florentino Pérez y José Ángel Sánchez son constantes. Analizan los problemas. Sus causas. La plantilla. Y buscan soluciones. Una de ellas fue proponer a Zidane hacer fichajes. Pero Zizou dijo que no le hacían falta. Había que tomar otro camino. Había que solventar los problemas desde dentro.
Ambos mandatarios intentaron que fueran sus propios futbolistas los que encontraran el 'click' con el que cambiar su mentalidad, cambiar su actitud y mejorar su rendimiento.
Hablaron con Sergio Ramos y le dijeron que tomara cartas en el asunto en alguno de los frentes abiertos. El de Cristiano Ronaldo era uno de los más importantes. Más allá de su litigio con el club ("Quiero renovar". "Vale, pero no por lo que pides"), había que recuperar la versión estelar de CR7 sobre el césped. Ahí intervino Ramos. Y Modric. Y Marcelo.
Los tres conforman, tras las salidas de Pepe, Coentrao y James, el núcleo de los mejores amigos que tiene el portugués en el Real Madrid. De esa cena surgió una especie de terapia para el luso que, visto lo visto ante el Depor, parece que ha funcionado.
En el Bernabéu están satisfechos porque también Marcelo, presente en esa cena, volvió a su versión anterior contra los gallegos. Y Modric (que marcó). En el palco no dudan de que buena parte de culpa la tuvo esa conjura.
Ahora quieren que se mantenga en el tiempo. Que no sea una resurrección fugaz. Hoy, ante el Leganés, en Copa del Rey, será una buena prueba para comprobar si la racha continúa o si fue sólo un fogonazo. Un chispazo pasajero.