Gerard Piqué tenía ganas de hablar. Lo anunció en el acto en el que se oficializó su ampliación de contrato. "No me arrepiento de lo del Espanyol de Cornellá; cuando vaya allí os daré titulares", afirmó. El derbi se jugó, el Barça empató (con un gol suyo tras el que mandó callar) y él, fiel a su palabra, compareció para regalar titulares a diestro y siniestro.
Uno de los que más escoció fue ése en el que insistió en que el equipo perico estaba cada vez más "desarraigado" porque no sólo jugaba ya en Cornellá, fuera de Barcelona capital, sino tenía un presidente chino.
La realidad dice que, atendiendo a los futbolistas que jugaron sobre el campo, el Barça presentó un once mucho más desarraigado que el del Espanyol.
Recuerda el diario Marca que el conjunto blanquiazul disputó el partido con cinco catalanes de inicio. Casi la mitad de la alineación. A saber: Marc Navarro, David López, Aaron, Víctor Sánchez y Gerard Moreno. En el Barça solo hubo dos. El propio Piqué y Busquets.
En cuanto a españoles, sólo dos más: Iniesta (manchego) y Alcácer (valenciano). En el Espanyol había un total de nueve. A los cinco catalanes había que sumar Diego López, Jurado, Granedo y Darder. El equipo jugó solo con dos extranjeros: Baptistao y Naldo.