Ausemane Dembélé costó en 110 millones en verano. Fue, antes de la llegada de Coutinho, el fichaje más caro en la historia del Barcelona. Hasta ahora su rendimiento está muy alejado de semejante desembolso. Es más, puede que se esté convirtiendo en su lastre. Un problema que le hace jugar desesperado, siempre acelerado. Siempre incidiendo en malas decisiones. El partido frente al Getafe fue un ejemplo de ello.
Contra los azulones el francés apenas estuvo sobre el campo 27 minutos. Salió por Alcácer con el objetivo de que su velocidad pudiera abrir la lata azulona (ayer de verde pistacho) que había desplegado Bordalás en el Camp Nou.
Sin embargo, Dembélé, lejos de ayudar, fue un problema. En ese periodo, en esos 27 minutos, perdió 13 balones. Una fuga intolerable en Primera División, pero mucho más en el Barça.
Tanto es así, que el chaval apenas tuvo una acción acertada, un centro desde la banda derecha después de ponérsela en largo que generó riesgo sobre la meta de Guaita. El resto del tiempo no aportó nada positivo.
El Camp Nou, pese a todo, le está teniendo paciencia a un chico que se ha lesionado ya dos veces de relativa gravedad y al que Valverde y los suyos le están poniendo un mimo extremo.
"Es mejor intentar muchas cosas y que no te salgan a no hacer nada. Lo ha intentado y ha tenido menos fortuna que otras veces, pero es un primer paso", afirmó el 'Txingurri' tras el partido después de ver cómo el chico probaba todo tipo de acciones, pero el 100% acababa igual, en fiasco.
Esa presión que siente por ser un fichaje de 110 millones de euros es, le achacan, parte de las razones por las que se está rompiendo con tanta facilidad. El estrés de la cabeza también genera estrés en los músculos. Porque, hasta la fecha, el ex del Borussia Dortmund no había sufrido nunca una lesión de este tipo. Ahora las ve de todos los colores. De hecho, este lunes no se ha entrenado con el resto de sus compañeros por problemas gástricos. Problemas tras problemas.
Ahora que la temporada encara el tramo más importante, en el Camp Nou esperan que, poco a poco, vaya ganando en confianza para mostrar el tipo de futbolista que es. Aunque tenga que olvidarse, para ello, que costó 110 millones de euros.