Futbolistas como Gabi Fernández (Atlético de Madrid), Ander Herrera (Manchester United) o Vicente Iborra (Leicester) podrían ser condenados a dos años cárcel y seis de inhabilitación como consecuencia del supuesto amaño del partido entre el Levante y Zaragoza que dio la salvación a estos últimos en la temporada 2010-2011.
Según informa el diario Marca, la acusación pedirá esta condena en la reapertura del juicio después de que se le diera carpetazo en agosto de 2017. La Audiencia de Valencia dio marcha atrás en el archivo de la causa.
En total, son 42 los futbolistas enjuiciados, junto al entrenador del Zaragoza en aquel duelo, el mexicano Javier Aguirre.
También, los directivos maños Agapito Iglesias (ex presidente), Francisco Checa (todavía secretario general) y Javier Porquera, aunque a ellos se les añade los supuestos delitos de falsedad documental, lo que aumenta las opciones de que sean privados de libertad.
Ésta es la primera vez que un caso de amaño en el fútbol español se lleva por la vía penal y, en caso de confirmarse la condena que pide la acusación, tendría consecuencias inmediatas en la vida de la mayoría de los implicados.
Es probable que no tuvieran que ir a la cárcel porque todos carecen de antecedentes penales. Sin embargo, la inhabilitación impediría a estos futbolistas jugar al fútbol en España y cualquier otro país durante el periodo de la condena. No podrían hacerlo tampoco con sus selecciones nacionales, ni seguir vinculados a sus clubes por medio de ningún cargo.
Javier Aguirre es el que peor lo tiene porque en su situación sí que hay riesgo de cárcel si se confirmase que también participó en el amaño de un Osasuna - Espanyol de la temporada 2013-2014. En tal caso, si fuera condenado por estos dos partidos, tendría complicado eludir la prisión.
¿En qué consistió aquel amaño?
Según las acusaciones de la Fiscalía, el Zaragoza pagó 965.000 euros a los jugadores del Levante para que se dejaran ganar en la última jornada y, así, mantener la categoría. Los futbolistas del Zaragoza habrían participado ayudando a camuflar la operación.
Agapito Iglesias habría abonado a cada jugador maño una cantidad de dinero, una supuesta prima, que luego éstos sacaron para devolvérsela. En su alegato afirmaron que no fue para un amaño, sino para otros motivos. Se llegó a argumentar que fue para sufragar el desplazamiento de la afición a Valencia.
Por su parte, los jugadores del Levante apenas registraron durante ese verano, el de 2011, salidas de efectivo de sus cuentas corrientes, al contrario de lo que pasó un año antes. Hubo futbolistas que no tocaron ni un euro, pese a que disfrutaron de sus vacaciones como un periodo estival más.
Para la Fiscalía, esto demuestra que sufragaron su descanso con el dinero que les pagó el Zaragoza, dinero que jamás metieron en sus bancos para esconderlo de la Justicia, pero que sí utilizaron para abonar sus vacaciones.