El Real Madrid ya se encuentra en París, donde este martes disputa la vuelta de octavos de final de Champions, a la que llega como favorito tras ganar 3-1 en la ida al PSG. Los de Emery, heridos en el orgullo, con la obligación de remontar y con la ausencia de Neymar, tratarán de conseguir la clasificación a cuartos por todos los medios. Los blancos están especialmente alertados.
Según cuenta Sport, el Real Madrid teme una emboscada en el Parque de los Príncipes. Hay ciertos aspectos que preocupan en el club, que considera que el partido puede estar a ser mucho más caliente de lo aconsejable...lo que podría repercutirle negativamente.
El tema arbitral es el primordial. Las quejas de los parisinos tras el arbitraje de la ida (escoció mucho que se concediese el penalti del 1-1 al Real Madrid) podrían verse 'recompensadas' en la vuelta debido al ambiente de presión que se ha creado tras unas semanas en las que el PSG ha incidido sobre lo mal parado que salió del Santiago Bernabéu. La elección del colegiado de la vuelta tampoco gusta en Concha Espina.
Que sea Felix Brych el designado no ha gustado nada al Real Madrid. El alemán es un árbitro por lo general casero y esto se ve en la capital de España como una concesión de la UEFA a los galos.
En paralelo, y no poco importante en relación al posible ambiente caldeado, el llamamiento del PSG a sus hinchas más radicales, algo que, piensan en el Real Madrid, podría ser demasiado arriesgado y en los límites de lo recomendable. Por todos estos condicionantes, además de lo deportivo (aunque con un resultado a favor, el equipo se juega la temporada en 90 minutos), la visita a París no es una más. Es un viaje de tensión.