José Mourinho, fiel a su polémica personalidad, criticó a Ronald de Boer en la previa del Manchester United - Sevilla. "Es el peor entrenador de la historia de la Premier", le dijo. Ayer, el entrenador holandés se sirvió la venganza bien caliente. Con la eliminación de los ingleses aún humeando en Old Trafford, fue directo a la línea de flotación del portugués: "Esta noche él es un entrenador que ha gastado muchos millones en su carrera y sus equipos juegan así", dijo sarcástico, resumiendo los dos problemas que torturan al preparador. Su juego pobre de una parte, y su escaso rendimiento en forma de títulos pese al millonario gasto de sus equipos. Fracasos que últimamente colecciona el de Setubal pese a estar respaldado por proyectos de un potencial económico gigantesco.
Con el Manchester United, con el que se ha gastado 400 millones entre la presente temporada y la pasada, se ha quedado muy lejos de conseguir sus objetivos. Este curso, sin ir más lejos, ha visto como ha caído en Champions en octavos y cómo la Premier será para un City al que observa a 16 puntos de distancia. Aún puede ganar la FA Cup, un título que ya venció el año pasado.
También se llevó la Europa League, un título menor para un entrenador que fue contratado con el objetivo de devolver a los diablos rojos a la primera línea europea. Aún está lejos de conseguirlo.
El fiasco en el Chelsea
Algo parecido intentó hacer con el Chelsea, en el que también protagonizó un desembolso gigantesco de dinero para fichar jugadores acordes a sus gustos futbolísticos. En tres temporadas, 308 millones de euros de escaso rendimiento sobre el césped.
La primera parte de su proyecto salió bien (en 2015 ganó la Premier y la Copa de la Liga), pero lo que parecía que podría ser la reedición de sus éxitos con los blues terminó en fiasco.
En 2014 ya vio como el Atlético lo apeaba de la Champions en semis y en la Premier se quedó tercero. Luego, el curso que levantó de nuevo el título de la liga inglesa, el PSG se lo cargó en octavos de la Champions. Al año siguiente, fruto de las tensiones con Abramovich y los malos resultados, terminó destituido.
No fue más que la continuación de la senda que abrió con el Real Madrid, donde en tres años apenas levantó una Liga y una Copa del Rey (además de una Supercopa de España). En la capital aumentó la competitividad del equipo blanco en Europa, pero no pudo pasar de tres semis de la Champions.
Desde entonces, cuatro años después, el Real Madrid ha vencido tres orejonas. Es un trofeo que, a día de hoy, parece complicado que vuelva a repetir 'The Special One'. De su última gesta continental pasan ya ocho años (la Champions del Inter en 2010) que son, para este entrenador, una distancia temporal (y competitiva) abismal.