Se marchó en 2012. Le costó mucho tomar la decisión, pero lo hizo porque no veía futuro en aquellas cuatro paredes en las que se había criado. El Camp Nou no parecía más ser su campo de sueños. Con 21 años, hizo la maleta y aprovechando una triquiñuela de su contrato (no jugar un puñado de minutos redujo su cláusula a los 18 millones de euros, un regalo), Thiago Alcántara se buscó un hogar en el que construir sus fantasías oníricas, siempre pegadas a un balón. Como cuando era pequeño y jugueteaba en Vigo con su hermano Rafinha mientras su padre, el mito Mazinho, lo grababa todo. Hoy, seis años después, muchas lesiones más tarde y con mucha más experiencia en el petate, Thiago mantiene intactos esos sueños. Y los quiere ejercer en su casa de siempre. Aquellas cuatro paredes del Camp Nou le siguen llamando. Anhela el retorno al Barça.
Lo tuvo cerca el año pasado. Al club le encantaría que fuera éste. Pero ninguna de las dos vías parece que se encontrarán este verano. El retorno del hijo pródigo es, por ahora, asunto pospuesto. Sueños para le mañana.
Cuenta Mundo Deportivo que el club sondeó el verano de 2017 la opción de repatriar a este mediocampista con puro ADN Barça. Ni el paso por Baviera ha descafeinado sus virtudes, intactas como se pudo ver en las semifinales de Champions, especialmente en el Bernabéu. Un '6' que gobernó todo el partido.
Robert Fernández y Thiago se vieron las caras en un encuentro en París en marzo del año pasado aprovechando que España jugaba un amistoso contra Francia y allí el director deportivo del Barça trató de convencer al muchacho de que lo mejor era volver.
Él quería. Pero se quedó en Múnich, renovó su contrato hasta 2021 (terminaba en 2019) y echó al traste cualquier posibilidad de fichar tanto ese año como el que está por llegar. Y eso que sus deseos, cuenta Mundo Deportivo, siguen intactos.
Más viendo como el Bayern ha fichado a Goretzka, un alemán de 23 años de corte similar a Thiago que podría robarle los minutos que el hispano quiere para sí. Con el cambio de banquillo en Múnich (adiós Heynckes, hola Kovac) podría perder un protagonismo que en el Barça podría garantizarse ahora que Iniesta no está, que Xavi hace tiempo que se fue, que nadie puede ejercer la batuta como lo hacían ambos y como él, como Thiago, sí sabe hacer.
Pero en Barcelona lo ven complicado. Por precio (aunque sean 60 millones, como parece tasarle el Bayern) y porque en enero el club se aseguró el fichaje de Arthur por 30 millones. Un compendio de ingredientes que invitan a pensar que Thiago tendrá que esperar. Por mucho que siga siendo (para él mismo y para el propio club) el fichaje bomba soñado por el Barça.