El Clásico del pasado fin de semana dejó un reguero de polémicas entre los jugadores del Real Madrid y del Barcelona. Sobre el césped y después ante la prensa hubo reproches, acusaciones y gestos que no gustaron al rival. El vestuario culé, una vez transcurrida la batalla en el Camp Nou, tiene un enemigo declarado: Sergio Ramos.
Según informa Sport, en el cambiador blaugrana no gustó nada el comportamiento del capitán del Real Madrid, al que acusan de una doble moral por la que, mientras que se abrazó a varios de los jugadores del Barça y llegó a llevarse el regalo de la camiseta de Andrés Iniesta, después criticó varias actuaciones, en concreto de Luis Suárez y Leo Messi.
Respecto al charrúa, la polémica vino con una acción en la que cayó al suelo y el '4' madridista no tiró la pelota para que le atendiesen. "No estoy aquí para educar a nadie, suficiente tengo con los tres niños que tengo en casa", dijo el de Camas.
Por Messi, la bronca llegó por lo ocurrido en el túnel de vestuarios en el descanso, cuando el rosarino, según Ramos, habría presionado al colegiado del partido, Hernández Hernández. Algo que, de la mano, llegó con un capote al '10' por la entrada que le hizo y que le costó la amarilla: "Le he hecho yo más a Messi a lo largo de mi carrera que él a mí en cuarenta años".
Ante esta dualidad, este comportamiento tan dispar, el vestuario blaugrana se ha levantado en armas, indignado con el defensa blanco. El malestar en Can Barça es notorio con Ramos y su manera de proceder en un Clásico bronco, inesperadamente tenso.