En 2015 y 2017, la Juventus perdió dos finales de Champions que hicieron mucho daño en el equipo italiano. Barcelona y Real Madrid borraron del mapa en Berlín y Cardiff a un equipo que se quedó varado a pocos metros de la meta. De la mano de Massimiliano Allegri, la 'Vecchia Signora' ha formado un cuadro autoritario en la Serie A (lleva siete Scudettos y cuatro dobletes, sumando la Copa, consecutivos), reconocible y poderoso, pero con un lunar de gran tamaño: la incapacidad de llegar a lo más alto en la madre de todos los torneos, esa Liga de Campeones que se le resiste desde hace 22 años. Ante todo eso pretende rebelarse un nuevo proyecto, que, con Cristiano Ronaldo como líder, tiene mucho trabajo detrás y más caras deportivas en las que fijar la lupa.
La posibilidad de fichar a una de las estrellas del mercado, cerrada a principios de julio, es la guinda del pastel a un plantel que ha mantenido a su otro jugador 'top' (Paulo Dybala) y que, con la contratación de Bonucci, ha completado un equipo que aspira a ser campeón de la Champions. Es el objetivo y la responsabilidad de una escuadra confeccionada para tal propósito. Una reconstrucción deportiva que ha costado 211,5 millones de euros.
Los 112 millones de euros pagados por Cristiano, compensados en parte por los 54 que recibirá (en dos años) por la salida de Higuaín convierten la delantera de la Juventus en una de las más peligrosas del universo fútbol. Junto a él, Dybala, uno de los talentos del deporte rey, y Douglas Costa, comprado por la Juventus este mismo verano después de una temporada cedido y mediante el pago de 40 millones de euros. En la recámara, un verdadero guerrillero como Mario Mandzukic (que puede jugar en un esquema de dos puntas e incluso tirado a banda, como ha demostrado Allegri en cursos anteriores) y una apuesta de futuro: la de Andrea Favilli, comprado al Ascoli por 7,5 millones.
En la retaguardia, la Juventus tuvo que asumir este verano la marcha de Gianluigi Buffon y actuó rápido con la contratación de Mattia Perin, del Genoa, por 12 millones de euros, apuntando a titular por delante de Szczesny. También hubo de tapar la baja de Lichtsteiner, y lo hizo con celeridad: Joao Cancelo, previo pago de 40 millones de euros, sustituyó al suizo. La zaga se completó esta misma semana con el regreso de Leo Bonucci (en un trueque con Mattia Caldara), que con toda probabilidad será el compañero de Giorgio Chiellini, una mítica pareja de centrales que vuelve para hacer inexpugnable al equipo turinés.
Si consiguió mantener a Paulo Dybala, la Juventus también hizo lo propio con Miralem Pjanic. A pesar de los cantos de sirena procedentes desde Barcelona, el serbio se hará cargo en la medular de un equipo que también se reforzó bien en esa parcela, y además a coste cero: consiguiendo la llegada de Emre Can, que llegó libre desde el Liverpool. El alemán, junto a Pjanic y a Matuidi, cerraría un centro del campo titularísimo.
Fondo de armario
Así, mediante la realización de cinco fichajes (más la compra de Douglas Costa), la Juventus ha conseguido un once titular que aspira a todo y que, además, está cubierto con un gran fondo de armaria.
La defensa, con el hueco del lateral izquierdo sin cubrir (Alex Sandro no tiene sustituto claro, aunque De Sciglio puede ser una solución de circunstancias), parece el flanco menos cubierto, pero aporta tres centrales con suficiente potencial como para dar refresco a los titulares: Benatia, Rugani y Barzagli. Szczesny, en la portería, también se antoja un recurso suficiente.
En la medular, Sturaro, el joven Bentancur y dos jugadores experimentados como Marchisio y Khedira suponen cuatro futbolistas suplentes que pueden satisfacer las exigencias de Allegri en momentos determinados y formar parte de las rotaciones.
La delantera es, de momento, la que más alternativas tiene. Manduzkic, Favilli y Kean, además de Bernardeschi, Cuadrado y Pjaca en las bandas, significan seis jugadores más para completar un banquillo con muchísimas opciones y que, con toda seguridad, podrá soportar alguna venta de fin de mercado que tenga el objetivo de aliviar el dispendio por Cristiano Ronaldo, la joya de la corona de un proyecto al que ya solo le falta echar a andar.
