El discurso del Atlético de Madrid ha cambiado. Pese a que el Cholo Simeone siguiese insistiendo en el "partido a partido", tras ganar la Supercopa el ánimo de los rojiblancos era bien distinto. Tras un verano movido, 'la decisión' de Griezmann de quedarse dio ánimos para que el equipo se reforzase hasta tener una de las mejores plantillas de su historia.
El título conquistado ante el Real Madrid es el primer aviso de la temporada que se avecina en el Wanda Metropolitano. Con la final de la Champions en el horizonte, donde acogerán el gran partido europeo y quién sabe si disfrutarán de él, el Atlético mira al resto del continente con un equipo de primer nivel.
La directiva ha reforzado al equipo con los fichajes de Gelson Martins, Antonio Adán, Santiago Arias, Nikola Kalinic, Rodrigo Hernández y Thomas Lemar. Unos traspasos que han dado a Simeone relevos de garantías, hasta el punto de que los dos últimos fueron titulares ante el Madrid y dos de los mejores sobre el césped junto a Diego Costa. Además, el resto, pese a no jugar, ha activado la competencia y estimulado la motivación de hombres como Correa, Vitolo y Thomas, los tres cambios que revolucionaron la final.
Todo ello junto a la permanencia de la columna vertebral (Oblak, Godín, Koke y Griezmann) ha dado estabilidad al octavo proyecto de Simeone y garantís para aspirar a conquistar todos los títulos. Ahora, el técnico argentino deberá gestionar tan amplia plantilla y confiar en que las lesiones no mermen a su vestuario.
De momento, el primer título continental de la temporada ya es rojiblanco y Europa tiembla ante la competitividad que siempre ha demostrado el Atlético. LaLiga y el debut ante el Valencia aparecen como el primer desafío del "partido a partido" con el que el Cholo espera rematar la historica del club rojiblanco.