La Comisión Disciplinaria de la FIFA ha decidido multar al Atlético de Madrid con 46.200 euros por considerarle "responsable de haber firmado un contrato que permitía a terceros injerir en la independencia del club en cuestiones relacionadas con la contratación y los traspasos".
El máximo organismo del fútbol ha declarado que el club rojiblanco cometió un defecto de forma en la documentación del fichaje de Alessio Cerci en 2014. En concreto, un fondo de inversión participó en la compra de la mitad de los derechos del jugador y el Atlético presentó la documentación requerida fuera de plazo.
Al no llegar a tiempo, la FIFA entiende que se violaron dos artículos de la reglamentación de transferencias de jugadores (artículo 18 bis y del anexo 3 del Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores). Una multa que el Atlético acepta recordar los errores cometidos en la contratación del italiano a última hora del mercado invernal de 2014.
De esta forma, la directiva presidida por Cerezo no recurrirá la sanción y el aviso de la FIFA teniendo que pagar en un plazo de 90 días. De no hacerlo, la Federación Española deberá "deducir los puntos a restar a los rojiblancos y/o prohibir la inscripción de nuevos jugadores".