El equipo de Julen Lopetegui ha vuelto a dar una imagen lamentable sobre el terreno de juego y se coloca a siete puntos de un Barcelona que, sin Messi, ha marcado la diferencia con dos jugadores en estado de gracia: Luis Suárez y Jordi Alba. El futuro negro del técnico vasco es un hecho y habrá que esperar a los próximos acontecimientos.
Hoy era el día para levantarse, pero otra vez el Real Madrid se quedó en la orilla. El Barcelona fue infinitamente superior en la primera parte, controlando el balón, ritmo de juego y buscando algo que era obvio (y más sin el mejor del mundo): la banda de Jordi Alba.
Los blancos tuvieron muchos problemas para tapar los espacios que generaban Coutinho y Alba por la izquierda. Nacho estaba solo casi siempre porque Bale no le ayudaba en defensa. El primer gol fue así: Alba entrando por el lateral y su pase atrás lo remató a placer Coutinho.
El Madrid, acostumbrado a tener el balón, no lo quiso y cuando lo recuperaba lo perdía a los dos segundos. No querían elaboración y siempre buscaban a Bale y Benzema para montar la contra, pero siempre sin generar nada de peligro.
Cuando parecía que la primera parte terminaba con 1-0 apareció el VAR para señalar penalti de Varane sobre Suárez. El francés llegó tarde y le tocó lo justo por detrás para desequilibrar al charrúa. Fue penalti y además, Suárez hizo su trabajo: exagerar y hacer la doble croqueta.
En la segunda mitad todo cambió. El Barcelona, después de un gran desgaste en la primera, bajó los brazos y aparecieron las ganas en el equipo de Lopetegui, que quitó a Varane por molestias para dar entrada a Lucas y tener más profundidad por banda.
El palo de Modric pudo cambiarlo todo
Los de Lopetegui salieron con las pilas cargadas y encontraron rápido el gol tras el descanso gracias a una buena jugada iniciada por Lucas Vázquez desde la derecha que finalizó Marcelo, el máximo goleador del Real Madrid en los últimos partidos.
El Madrid siguió insistiendo y tuvo el empate en varias ocasiones. Ramos mandó un cabezazo por encima del larguero y Modric pudo empatar con un disparo desde dentro del área que se fue al palo y después fuera. Ese disparo con Zidane hubiera entrado. Modric pudo cambiar el devenir del Clásico y el futuro de Lopetegui, que está con los dos pies fuera del banquillo del Real Madrid. Eran los mejores minutos del Madrid. Quince en los que pudo cambiar el Clásico.
Con el Real Madrid estaba volcado llegó el tercero y definitivo del Barcelona por medio de Luis Suárez. El uruguayo cabeceó un centro difícil de Sergi Roberto y le imprimió tanta fuerza que lo puso en la escuadra haciendo inútil la estirada de Courtois. Un auténtico golazo de killer, eso que no tiene el Madrid.
Después, Suárez tuvo que ser expulsado por una entrada violenta sobre Nacho. Lo curioso es que el árbitro vio la jugada y le enseñó la amarilla sin necesidad de recurrir al VAR. Minutos después, Suárez hacía el cuarto tras picar el balón ante Courtois en otro error de Ramos en la salida de balón. El quinto fue para Vidal tras rematar de cabeza un buen centro de Dembélé.
