Llegó el Barcelona a León con su 'plan B' en la ida de dieciseisavos de Copa del Rey, y a los de Ernesto Valverde no les salieron las cosas en el partido ante la Cultural Leonesa. Se llevaron un triunfo por la mínima, pero también unas cuantas dudas acerca de los suplentes de la plantilla.
El tanto de Lenglet en el descuento rescató a una escuadra que, hasta ese momento, lo había llegado a pasar mal con un Segunda B muy intenso. De hecho, la 'Cultu' pudo adelantarse antes de que el galo hiciese el 0-1 definitivo. El juego, muy lento, de los culés, fue fácilmente defendible por un conjunto aparentemente más débil al que el ataque blaugrana apenas hizo daño.
Un dato significativo fue el de los disparos a puerta: dos a cuatro a favor de los locales. Tan solo Aleñá y Lenglet, en el gol, probaron al meta de la Cultural. Ousmane Dembélé, Malcom y Munir, todos examinados, se fueron de vacío.
El centro del campo tampoco mostró el dominio eficaz que se le presuponía. En este caso, los números sí son engañosos: el 68% de posesión de los culés fue bastante estéril. El trío formado por Sergi Samper (después Aleñá, tras su lesión), Arturo Vidal y Denis Suárez no estuvo resolutivo y apenas encontró rendijas en la defensa rival. Valverde acabó por meter a uno de los titulares, Arthur, en el tramo final para intentar revertir la situación.
No fue una buena señal para los culés que Jasper Cillessen, condenado a la suplencia por la figura de Marc André ter Stegen, fuese lo más destacado de su equipo. El holandés salvó a los suyos en la segunda mitad con una gran parada a un tiro lejano de Saúl González.
La defensa, línea plagada de canteranos (Valverde alineó a Miranda, Brandariz, Cuenca y Nelson Semedo) no transmitió la seguridad necesaria. De hecho, el 'Txingurri' la retocó con la entrada de Lenglet en la segunda mitad. Un cambio que, a la postre, fue decisivo, pero que no esconde los problemas de la segunda unidad del Barcelona.
