Japón le pidió formalmente a Estados Unidos y al OIEA ayuda para controlar sus plantas nucleares, que colapsaron tras el sismo y posterior tsunami del fin de semana, informó la Autoridad de regulación nuclear estadounidense (NRC). Elevan a 1.897 los muertos y a 3.002 los desaparecidos.
"El gobierno japonés pidió formalmente la asistencia de Estados Unidos para la cuestión del enfriamiento de plantas nucleares generado por el sismo y maremoto del 11 de marzo", dijo la NRC.
"La NRC está considerando posibles respuestas al pedido, incluyendo proveer asesoramiento técnico", agregó.
La agencia dijo que ya había enviado a dos expertos en reactores a Japón, como parte de un equipo de la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), y que "actualmente están en Tokio dando asistencia técnica".
El lunes, una doble explosión en el reactor número 3 de la central nuclear de Fukushima 1 alimentó aún más el temor de un desastre atómico en Japón, tras un sismo y tsunami que podrían haber dejado más de 10.000 muertos.
Alto riesgo
Los tres reactores nucleares de la central Fukushima dañados por el terremoto y el tsunami el pasado viernes se enfrentan a un alto riesgo de la fusión del núcleo, según ha informado este lunes el portavoz del Gobierno de Japón, Yukio Edano.
La empresa que gestiona la central nuclear de Fukushima-1, Tokyo Electric Power Company (TEPCO), ha informado de que en la madrugada de este martes (tarde en España) las barras de combustible nuclear del reactor 2 de la planta volvieron a quedar expuestas después de la evaporación de todo el líquido refrigerante inyectado en la piscina que alberga las barras, según ha informado la agencia de noticias japonesa Kiodo.
Las barras quedaron expuestas sobre las 23.00 horas (15.00 hora peninsular española), tras detectarse niveles de radiación de 3.130 microsieverts por hora, según TEPCO. Esta radiación supera ampliamente el máximo considerado como normal, situado en los 500 microsieverts por hora.
Las autoridades no descartan la fusión total del núcleo de estos reactores, pero aseguran que la vasija de contención está preparada para impedir una liberación significativa de radiactividad. En cualquier caso, este mismo lunes la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) ha asegurado que, por el momento, no hay ningún signo que apunte a que las barras de combustible del núcleo se estén fundiendo.
Debido a una reacción química
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) afirmó hoy que fue una reacción química y no nuclear la causante de las explosiones en dos de los tres reactores de la central japonesa de Fukushima averiados tras el terremoto y posterior tsunami del pasado viernes.
"Hubo una explosión debido a una reacción química y no nuclear", declaró a la prensa el japonés Yukiya Amano, el director general del OIEA, el órgano de la ONU encargado de velar por el uso pacífico de la energía atómica, en consonancia con la información difundida con anterioridad por el Gobierno nipón.
¿Qué riesgos hay?
La falta de refrigerante se debe a que los motores que están siendo utilizados para bombear agua del mar hasta esta piscina se han quedado sin combustible. Anteriormente, Tokyo Electric había informado de que el reactor 2 había perdido por completo el sistema de refrigeración debido a los daños por el terremoto, por lo que había comenzado a inyectar agua del mar para enfriar las barras de combustible nuclear.
El reactor número tres del dañado complejo nuclear de Fukushima Daiichi registró una explosión de hidrógeno en la madrugada del lunes. Se trató del segundo accidente en la central tras la explosión del reactor número uno que hizo saltar todas las alarmas el pasado viernes, tras el devastador terremoto y 'tsunami'.
En los primeros minutos tras el accidente en el reactor número 3, el portavoz gubernamental, Yukio Edano, explicó que la explosión en el recipiente secundario de contención del reactor no lo ha dañado, si bien no ha descartado la posibilidad de que se haya producido una fuga radiactiva. Por su parte, la empresa operadora, Tokyo Elecytric Powe Co (TEPCO), ha confirmado que la capa del reactor no se ha visto perjudicada. Edano aseguró que el recipiente primario del reactor está intacto y que a las 11.36 hora local (02.36 GMT), una media hora después de la explosión, el nivel de radiactividad a cinco kilómetros del lugar era similar a la de antes de la explosión.
La central no estaba preparada para un tsunami
El gobernador de Tokio, Shintaro Ishihara, ordenó medir la radiación en la capital. Un portavoz de la empresa operadora de la planta, Tokyo Elecytric Powe Co (TEPCO) ha asegurado que la radiación medida a las 11:44 (hora local), unos 25 minutos después de la explosión, fue de sólo 20 microsievert por hora, muy por debajo de los valores permitidos de 500 microsievert.
Masashi Goto, uno de los ingenieros japoneses que ayudó a diseñar el recipiente de contención para el núcleo del reactor de Fukushima ha señalado en una entrevista a la BBC que el diseño no era suficiente para resistir terremotos o tsunamis y que los constructores eran conscientes de ello.
Goto señala que su mayor temor es que explote el reactor número tres y el uno ya que podría dañar la cubierta de acero diseñada para evitar que el material radiactivo entyre en contacto con la atmosfera.
El riesgo que entraña la explosión del reactor número tres es más grave, dado que es el único en la planta que utiliza una mezcla de combustible de plutonio, apunta la BBC en su sitio web.
El viento, a favor
Varios medios locales han informado de que se espera que tras la explosión, el viento, que va en dirección este, lleve la radiación hacia el Pacífico, y no hacia el interior del país.
Sin embargo el director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), afirmó que la posibilidad de que la situación en la central nuclear japonesa de Fukushima llegue al nivel de Chernobyl es "muy improbable".
"La posibilidad de que el desarrollo de este incidente desemboque en otro Chernobyl es muy improbable", dijo Yukiya Amano durante una conferencia de prensa en la sede de la AIEA en Viena.