El Aquarius, el barco que realiza rescates de inmigrantes en el Mediterráneo y al que Panamá ha retirado el pabellón, se quedará en Marsella, el puerto francés a donde debe dirigirse tras el reparto de los migrantes salvados en su última misión, en espera de que un país le conceda navegar bajo su bandera.
"El barco no se moverá (de Marsella) mientras no tenga pabellón", ha afirmado este miércoles en unas declaraciones a la emisora France Info Francis Vallat, el presidente de SOS Mediterranée, una de las dos ONG que con Médicos sin Fronteras fleta el Aquarius.
Vallat ha puntualizado que eso no significa que vayan a abandonar los rescates en el Mediterráneo porque su intención es "luchar" para conseguir un pabellón. Reconoce que tiene pocas esperanzas de que Panamá dé marcha atrás en la retirada del suyo, una decisión que califica de "primicia en la historia marítima" para un navío que cumple todas las reglas internacionales, y que atribuye a "un chantaje político-económico" de Italia, que no quiere que el Aquarius siga recuperando migrantes al sur de sus aguas territoriales.
El responsable de SOS Mediterranée explica que han contactado con todos los países europeos "para encontrar una solución" y que barajan hacer lo mismo con otros estados fuera del Viejo Continente. Por eso, ha afirmado que está "lejos de pensar que la lucha está perdida" para obtener una bandera con la que volver a navegar y a realizar nuevas misiones de rescate.
El Aquarius, que debe atracar en Malta para el desembarco de los 58 inmigrantes que se van a repartir Francia, España, Alemania y Portugal, se dirigirá a continuación a Marsella, su puerto de referencia.