Investigadores de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, han encontrado funciones anti-diabéticas en una hormona que, como la insulina, es producida por las células de los islotes del páncreas. La nueva hormona estimula la secreción de insulina en ratas y en humanos, y protege las células de los islotes pancreáticos en la presencia de tóxicos. El estudio ha sido publicado en la revista 'Cell Metabolism'.
El nuevo hallazgo proporciona información sobre la supervivencia de las células beta, un tipo de células de los islotes pancreáticos que producen insulina para regular los niveles de azúcar. Así, el descubrimiento podría abrir vías para futuras investigaciones hacia la prevención y el tratamiento de la diabetes tipo 1, y la diabetes tipo 2.
Los investigadores administraron la hormona, llamada TLQP-21, a ratas Zucker (genéticamente obesas), que poseen una propensión genética a desarrollar diabetes tipo 2. En los animales tratados con esta hormona, mejoraron los niveles de glucosa y la muerte de células beta fue menor.
Estudios en diabetes tipo 2
Aunque los investigadores han probado hasta el momento la hormona TLQP-21 solo en modelos de diabetes tipo 2, planean estudiar la hormona en el tipo 1 en futuros estudios. Ambos tipos de diabetes se caracterizan por una pérdida de masa funcional de las células beta: el tipo 1 es una enfermedad autoinmune caracterizada por la pérdida selectiva y progresiva de las células beta funcionales que producen insulina, y es más grave; por otro lado, el tipo 2 es una enfermedad caracterizada por la disfunción de las células beta, así como la resistencia periférica a la insulina. La mayoría de las personas con diabetes tipo 2, eventualmente, llegan a ser insulinodependientes.
"Lo que interesante es que en los estudios con animales tratados con TLQP-21 no hemos visto efectos secundarios", afirma el coautor Samuel B. Stephens, quien añade que "las ratas del estudio comieron una cantidad normal de alimentos, y no mostraron ningún cambio en la frecuencia cardíaca o en los patrones de la digestión cuando se les administró grandes dosis de la hormona".
Según los investigadores, el siguiente paso es encontrar una pequeña molécula que estimule las células de los islotes pancreáticos que producen la hormona TLQP-21, o desarrollar versiones más potentes y estables de la hormona inyectada. La investigación para el desarrollo de un fármaco de acción prolongada ayudará a acelerar las pruebas en modelos de diabetes tipo 1.