Como todos sabemos, el Plan Bolonia supone un marco de educación común en toda Europa, que se conseguirá haciendo converger los sistemas educativos superiores de todos los países que participan en el proyecto.
Parece que ha llegado el momento de la verdad para la implantación del Plan Bolonia en la Universidad española y por extensión en la sociedad española.
Aún son muchos los interrogantes que quedan en el aire a este respecto, que esperemos que se vayan despejando a corto plazo. Pero hay una serie de luces y sombras que son indiscutibles.
En cuanto a las luces...
Fomenta la competitividad de la Universidad, ya que la educación universitaria de acuerdo al Plan Bolonia tiene que relacionarse con las habilidades y competencias laborales.
Las universidades tienen la asignatura pendiente de acercarse a la realidad empresarial española, dejando de ser únicamente centros de conocimiento. Sin duda este Plan acercará la Universidad a las empresas.
Los postgrados que hasta ahora tenían precios privados y no estaban al alcance de cualquiera, con el Plan Bolonia, las universidades públicas tendrán precios públicos, lo que hará que más alumnos puedan acceder a estos estudios y obtener la especialización elegida.
Se va a intentar acabar con la masa de alumnos inactivos y pasivos que sólo aparecen en la universidad el día del examen -para este perfil existen universidades públicas y privadas que ofrecen sus grados y postgrados a distancia- y que están ocupando una plaza en la universidad.
Se implantará una metodología basada en el trabajo diario de los alumnos, donde el examen final no tenga tanto peso. Esto ayudará a acabar con las altas tasas de fracaso en la Universidad, ya que el 50 por ciento de los alumnos no acaba sus estudios universitarios en los plazos previamente establecidos. Para los alumnos que quieran compatibilizar estudio y trabajo, se diseñarán distintas vías para que esto sea posible.
Para reforzar la calidad de los estudios universitarios se introduce la figura de Aneca (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación), organismo de control que velará por la calidad de la enseñanza.
Asimismo, para conseguir ese acercamiento de la Universidad a la empresa, se establece la introducción de prácticas en empresas que ayuden al alumno a conocer el entorno laboral.
Igualmente supone una mayor internacionalización de nuestros alumnos y universidades, ya que se crea el Espacio Único de Educación Europeo fomentando los intercambios de estudiantes, estimulando la competitividad y flexibilidad en los estudios y dando un mayor protagonismo al alumno.
Pero también hay sombras...
Algunos colectivos ven como algo negativo que haya una mayor influencia de las empresas en la Universidad a la hora de tomar decisiones estratégicas y que se pueda producir una mercantilización de los estudios. Pero no debemos olvidar que se antoja complicado que las empresas condicionen lo que se enseña en las aulas.
Igualmente se critica que todo indica que el primer ciclo de educación universitaria, los grados, se devaluarán, ya que hay que completar esa formación con un postgrado. Aunque esto sería como afirmar que los ingenieros técnicos o diplomados no tienen valor alguno.
El sistema no asegura el acceso a estos cursos por cuestiones económicas ya que el Plan, no ha marcado ningún criterio con respecto a las becas. Pero según fuentes del Ministerio de Educación las becas se han aumentado en un 80 por ciento, además de la introducción de los préstamos renta.
Lo que está claro es que llevamos 10 años implantando el Plan Bolonia y todavía hay muchas incertidumbres. Hay una mala información por parte del Gobierno, el 48 por ciento de los ciudadanos no conoce nada de Plan Bolonia , como recientemente ha ratificado la vicepresidenta de la Vega.
Lo más difícil va a ser conseguir el cambio de mentalidad en profesores y alumnos, debe haber un aumento de la inversión pública en la Universidad para poner los medios para que todos estos cambios se hagan realidad.