El presidente ruso, Vladimir Putin, ha ordenado el regreso a sus bases de las tropas que han participado en maniobras militares en el centro y el oeste de Rusia después de completar su entrenamiento, dijo el martes el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov. A pesar de ello, Rusia mantiene 16.000 soldados destacados en Crimea. Análisis | Ucrania: gas, bases y testosterona.
El presidente ruso asistió ayer a las últimas maniobras en la región de Leningrado ayer, según ha confirmado el Kremlin en un comunicado en su web. Putin recibió el lunes un informe sobre los ejercicios y, en consecuencia, ha ordenado a las tropas "que participaron en dichos ejercicios militares" que regresen a sus bases. Putin denuncia que ha habido un golpe de Estado inconstitucional en Ucrania.
Peskov ha añadido que las maniobras militares, que Moscú ha negado que estén vinculadas con la crisis política en Ucrania, "han sido un éxito". Las maniobras fueron lanzadas por sorpresa el 27 de febrero en los comandos central y occidental y en las mismas participaron 150.000 soldados, 90 aeronaves, 880 vehículos blindados y 80 barcos de guerra. Algunos de ellos se encontraban cerca de la zona fronteriza con Ucrania, y según el Ministerio de Defensa ruso el repliegue podría estar completado este mismo viernes.
Mantiene 16.000 soldados en Crimea
A pesar de este fin de las maniobras militares, el ejército ruso tiene desplegados 16.000 soldados en la península de Crimea, aunque tal y como recordó ayer Vitaly Churkin, embajador ruso ante la ONU, tiene derecho a tener hasta 25.000 militares allí.
También ayer, su homólogo ucraniano ante la ONU, Yuri Sergeyev, denunció que, desde el pasado 24 de febrero, Rusia había desplegado en la península de Crimea a 16.000 de sus militares. "Desde el 24 de febrero, aproximadamente 16.000 efectivos rusos han sido desplegados en Crimea por buques militares, helicópteros y aviones de carga procedentes del vecino territorio de la Federación Rusa", aseguró Sergeyev durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU.
EEUU ha comenzado a tomar medidas, aunque de momento son muy suaves. La Unión Europea, por su parte, no se ha pronunciado todavía y el jueves decidirá si sanciona a Rusia. Además, hoy habrá una reunión de urgencia de la OTAN a petición de Polonia.
Miedo a un ataque encubierto
La última fase de los ejercicios fue supervisada el lunes por el propio Putin, quien visitó la base militar Kirillovsk de la región de Leningrado, ubicada en el noroeste del país. Los mismos han sido interpretados como un signo de una posible incursión militar rusa en Ucrania al producirse en medio de la crisis política en el país europeo y tras el despliegue de tropas rusas en Crimea. En 2008, Rusia ya utilizó unas maniobras militares para encubrir el comienzo de la guerra en Georgia.
Moscú ha expresado en los últimos días su preocupación ante la posibilidad de que grupos extremistas que participaron en las protestas contra el depuesto presidente Viktor Yanukovich actúen contra las regiones del este y el sur del país, mayoritariamente prorrusas y que se han negado a obedecer órdenes de las nuevas autoridades.
Una de las primeras medidas aprobadas por la Rada Suprema (Parlamento) de Ucrania tras la llegada al poder de las nuevas autoridades fue abolir la ley que protegía el uso de las lenguas minoritarias, entre ellas el ruso.
Además, el gran peso en la situación política actual de Svoboda, un partido que se declara como abiertamente fascista y antiruso y que tiene como figura histórica de referencia a Stepan Bandera, que dirigió la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN) y colaboró con la Alemania Nazi, ha desatado temor entre las comunidades minoritarias del país.