El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha anunciado este jueves que las elecciones generales serán el 20 de diciembre para que, de esta forma, haya "margen" para constituir el Parlamento hasta el 14 de enero. La oposición ha respondido en bloque, disconforme con esta elección. Rajoy, a Aznar. "Yo a la gente le hablo a la cara".
Mariano Rajoy decidió zanjar el suspense anoche, en la que era su primera entrevista tras las elecciones catalanas del 27 de septiembre. Las próximas elecciones generales serán el 20 de diciembre, y se convocarán el 26 de octubre.
El presidente del Gobierno justificó el retraso de la convocatoria por la necesidad de aprobar los Presupuestos Generales del Estado, que tendrán el visto bueno definitivo el 19 de octubre si se cumplen las previsiones del Gobierno. Rajoy explicó ayer durante una entrevista en Antena 3 que la elección de esa fecha obedece a que si se celebrasen el día 13 "tendríamos que constituir el Parlamento en plenas Navidades, y así tenemos margen hasta el 14 de enero". Una cuestión técnica y por razones estrictas de calendario que en cualquier caso no explica que haya apurado al máximo el anuncio de la fecha definitiva. Así ha sido la entrevista
Evitando hablar de Ciudadanos
Sin embargo, Rajoy ha evitado entrar a valorar posibles escenarios de pactos postelectorales con Ciudadanos o del PSOE con Podemos. "Yo me ocupo de mi partido y de mis ideas", dijo para incidir en que el PP fue "el partido más votado" en las elecciones europeas y en las municipales y autonómicas. "Hemos pasado una época difícil y hemos tenido nuestro desgaste", reconoció para apuntar que el país estaba "en quiebra" cuando el PP llegó al Gobierno. "Yo pondré todo mi empeño en convencer a los españoles no de lo que hemos hecho, sino de que hay que andar con cuidado", avisó.
El presidente del Gobierno, que evitó "entrar en polémicas", defendió que el país "necesita una política seria, de estabilidad y certidumbre" y rechazó "los experimentos con gaseosa a la hora de gobernar".
Sobre su situación personal en estos cuatro años de mandato, Rajoy admitió que no han sido "duros", sino "durísimos", pero puso en valor "la satisfacción? de que, ahora, puede bajar los impuestos, devolver la extra a los funcionarios o de que se "pone de ejemplo" a España en el mundo. "Esa satisfacción no se puede valorar", trasladó.
Una puerta a la reforma
Rajoy abrió asimismo la puerta a una reforma de la Constitución, "siempre que no afecte a la unidad de España y a la igualdad de todos los españoles", subrayó. El jefe del Ejecutivo insistió en varias ocasiones en recordar que se respaldará por encima de todo "la unidad y soberanía nacional", una cuestión que enlaza directamente con el proceso secesionista catalán y las elecciones del pasado domingo, donde el bloque independentista consiguió una mayoría absoluta en escaños pero no en votos.
Preguntado por esa cuestión, Rajoy aseguró que tras el 27-S hay menos riesgo de una ruptura por parte de Cataluña, "ahora que los independentistas han recibido el apoyo sólo del 37 por ciento de los votantes", remarcó.
Respecto a la imputación del presidente en funciones de la Generalitat, Artur Mas, aseveró que respaldará la decisión judicial igual que respalda "las decisiones de todos los tribunales, me gusten o no"
Por último, se refirió a la situación de la economía española para, de nuevo, sacar pecho de la recuperación y de las rebajas fiscales recientemente aprobadas por el Gobierno. En ese sentido, Rajoy se reafirmó en su compromiso de crear dos millones de puestos de trabajo en cuatro años, siempre que se continúen con la senda reformista iniciada por su Gabinete.
Además, recordó que el Gobierno publicará hoy una resolución que terminará definitivamente con la doble comisión bancaria.