Un comentario viral resume el cabreo de la juventud. Reino Unido ha votado por un 51,9% frente a un 48,1% a favor de su salida de la Unión Europea (UE). Sin embargo, dentro de estos dos grandes porcentajes se esconden numerosas lecturas que reflejan la división patente en la actual sociedad británica, tanto en el aspecto territorial como en el generacional. EN DIRECTO | Reacciones al Brexit.
En el marco territorial, el referéndum sobre la contiudad en la UE -que ha contado con un 72% de participación- ha avivado las tensiones entre los diferentes territorios que componen el Reino Unido, aplacadas en parte tras la derrota el independentismo en la consulta celebrada en Escocia en 2014. Así, dos de los cuatro países que conforman el Estado soberano han votado a favor del Remain (permanencia) y por razones similares: su mercado y economía depende en gran parte del bloque comunitario.
El Brexit (salida de la UE) se ha impuesto en Inglaterra con el 53,4% de los votos y en Gales con el 52,5%. Los resultados en esta última región no estaban del todo claros. Por un lado, en las recientes elecciones locales, el UKIP (Partido de la Independencia de Reino Unido) logró ganar sus primeros siete escaños en la Asamblea. Por otro, las zonas desfavorecidas de la parte Occidental de Gales se benefician de recibir grandes ayuda de la UE.
En Escocia, el 62% de los votantes ha optado por la permanencia en la Unión Europea y el sí al Brexit no ha ganado en ningún municipio. La consigna de los escoceses está clara: quieren seguir en la Unión Europea pero sin Reino Unido. El motivo es que su economía tiene un alto grado de dependencia con el mercado del continente. Cerca de 300.000 puestos de trabajo están vinculados en Escocia a las exportaciones al mercado común europeo.
El contratiempo para los escoceses es que tan sólo cuentan con 5,3 millones de habitantes, lo que supone tan solo el 8% de la población de Reino Unido. Su extenso territorio no ha servido para equilibrar la balanza. En septiembre de 2014, los escoceses rechazaron separarse del resto del Reino Unido en una consulta en la que la permanencia sumó el 55% de los votos. Tras el Brexit, la celebración de un segundo referéndum independentista está cada vez más cerca.
En Irlanda del Norte, el Remain ha vencido con el 55,8% de los votos frente al 44,2% del Brexit. Aquí, el Sinn Féin, partido político irlandés de ideología republicana e izquierdista, también ha aprovechado el resultado del referéndum para pedir un cambio "drástico" en su panorama político. La unión de las dos Irlandas podría estar también más cerca que nunca. Los norirlandeses piensan que las cosas funcionaban bien estando dentro de la Unión Europea. La relación con el Sur se había formalizado, las fronteras estaban casi extintas. Sin embargo, al salir del bloque, el periodo de 'amistad' podría volver a romperse. Consideran que la salida de la UE es una traición por parte de Reino Unido y, por ello, el Sinn Féin podría pedir un referéndum para la reunificación.
Destacado es el caso de Gibraltar, una de las colonias de Reino Unido, donde la opción de permanencia ha estado rotundamente clara. El 95,9% ha votado a favor de seguir en la Unión Europea frente al 4,1% que ha abogado por salir. Los gibraltareños han acudido masivamente a las urnas, logrando una participación del 83,53%. El rechazo al Brexit era de esperar. El sistema económico de la colonia se beneficia de su pertenencia a la UE y de las ventajas fiscales que eso conlleva. Las formaciones políticas del territorio lanzaron campañas intensivas para impedir a toda costa la salida. Tras el Brexit, el vínculo entre España y Gibraltar podría hacerse más fuerte.
Fractura social
El voto de los británicos en el referéndum también ha evidenciado una fractura social que se hace patente en la disparidad registrada entre los grandes núcleos urbanos y otros intermedios. Si el voto contrario al Brexit se ha focalizado en las grandes ciudades, el favorable se ha impuesto en zonas intermedias en cuanto a población, pero donde predominan la inmigración extranjera y el desempleo.
El ejemplo más claro del primer caso es la región del Gran Londres, que engloba todos las áreas adminsitrativas de la capital británica. En ella, la salida de la UE ha contado con un 40,1% de los votos mientras que la permanencia se ha impuesto con un 59,9%. Una tendencia que se ha hecho más patente si cabe en la City de Londres, el enclave financiero y más cosmopolita de la ciudad, donde el Remain ha ganado al Brexit con un 75,3% frente a un 24,7%. Similares cifras a las habidas en otros barrios de la capital en los que la permanencia se ha impuesto claramente: en Lambeth por un 78,6% frente a un 21,4%, en Camden por un 74,9% frente a un 25,1% o en Hackney por un 78,5% frente a un 21,5%. Esto ha provocado que el Gran Londres sea la única de las 9 regiones de Inglaterra donde no se ha impuesto globalmente el Brexit.
Lo mismo ha ocurrido en otros núcleos urbanos de gran población de toda Inglaterra, que han acabado como manchas aisladas dentro del mapa del país, coloreado casi al completo por los partidarios del Brexit. Entre estos casos, destaca, por ejemplo, Liverpool, donde los partidarios de seguir en la UE han sido un 58,2% y los de abandonarla un 41,8%. Otro tanto ha ocurrido en Manchester -donde el Remain se ha impuesto por un 60,4% al 39,6% partidario del Brexit- y en su vecino distrito de Trafford -donde la permancia ha ganado por un 57,7% frente a un 42,3%.
Ocurre lo mismo con Bristol, auténtica excepción en el sur del país, donde la permanencia ha alcanzado el 61,7% frente al 38,3%. Más ajustado ha sido el caso de Leeds, quinta ciudad más pobladad del Reino Unido, donde el resultado ha sido más ajustado -un 50,3% frente a un 49,7%- pero favorable al Remain. Datos que contrastan con las dos excepciones encontratadas en ese sentido: en dos grandes ciudades del sur como Birmingham (50,4% y Sheffield (51%) se ha impuesto el Brexit, siempre por un estrecho margen.
Por su parte, el Brexit ha alcanzado sus mayores cotas en zonas como West Midlands (59,2%), convirtiendo a ésta en la región más euroescéptica del Reino Unido. Tanto es así, que esa dinámica es la que explica que grandes ciudades dentro de sus límites, como los citados casos de Birmingham y Sheffield, hayan denostado el Remain. El hecho de que las tensiones migratorias que habitualmente han sacudido la región no han sido con inmigrantes europeos y de que el UKIP no sacase buenos resultados aquí en 2015, apunta The Telegraph, hace que a algunos les haya sorprendido un voto tan contestatario a la UE.
El Brexit también ha encontrado un granero al este de Inglaterra, destacando la región de North East, donde el Brexit ha alcanzado un ratio del 58%. Esta zona, donde la mayoría del censo se inscribe en las clases sociales bajas, se ha tomado como un éxito de la opción del Brexit entre el voto obrero. Lo mismo que ha ocurrido en la región, al sureste, de Yorkshire y Humber (57,7%), donde destaca el caso de la ciudad de Hull, la mayor exportadora de mercancías a la UE pero bastión de el UKIP y del Brexit. La región de Eastern, a su vez, provedora del único escaño de el UKIP en los comunes y donde tres de cada cinco habitantes apoyaban la salida de la UE, también destaca como partidaria del Brexit (56,5%). Se trata de un área deprimida con niveles de paro que alcanzan el 33% y con altos datos de inmigración incontrolada.
Más difícil lo han tenido los detractores de la UE en la región de North West, cercana geográficamente a núcleos como Manchester o Liverpool. Aunque la presencia de una alta inmigración ha hecho que finalmente se impongan los votantes del Brexit, la competencia ha sido muy dura con el impulso de las clases medias con formación universitaria, partidarios del Remain.

Datos: 'YouGov'. Gráfico: EcoDiario.es / Infogr.am
Fractura por edades
Aparte de las tensiones territoriales dentro de los distintos países del Reino Unido que el referéndum ha suscitado, analizando el electorado, la mayor fractura del mismo se ha producido por edades.
Son significativos, en este sentido, los datos difundidos por la casa de encuestas YouGov en los que se afirma que, mientras en el rango de edad entre los 18 y los 24 años el Remain se impone al Brexit por un 75% frente a un 25%, en el extremo opuesto, la población mayor de 65 años opta claramente por la salida de la UE (61% frente a 39%).
El punto de inflexión, curiosamente, se da en el rango de edad intermedio, divido en dos sectores que empatan, aunque en sentido contrario. Así, los británicos de entre 25 y 49 años prefieren en un 56% frente a un 44% la permanencia en la UE, mientras que los ubicados entre los 50 y los 64 años prefieren el Brexit con un 56% frente a un 44%.
Estos datos arrojan una realidad demoledora: son los mayores los que condenan a los más jóvenes a la incertidumbre de un Reino Unido fuera del amparo comunitario.