
Las tropas extranjeras que operan en Afganistán podrían estar financiando a los talibán y a la insurgencia del país. De modo indirecto pero esa podría ser la realidad. Para evitar ataques como los sufridos por los camiones de la OTAN en Pakistán, las fuerzas occidentales deben pagar una especie de 'impuesto revolucionario' que les garantiza la seguridad de sus soldados y de sus suministros.
A diario, decenas de camiones de países de la OTAN con misiones en el país cruzan el territorio afgano cargados de combustible, material diverso y alimentos para suministrar a las tropas. Pero en los últimos tiempos esta tarea se ha vuelto muy peligrosa y se han multiplicado los ataques de los talibán.
Hace unos catorce meses las rutas eran seguras, pero ahora los ataques se producen casi a diario, según recoge en su edición digital el periódico británico The Times. Por ello, la OTAN debe 'sobornar' a sus atacantes para que sus camiones lleguen seguros a las bases militares.
Un sitema consolidado
Cerca de un 25% de las cantidades, o más, que se pagan a las empresas de seguridad contratadas acaban en manos de los talibán, según aseguran varias fuentes citadas por el periódico británico.
"Todo el mundo está hambriento, todo el mundo necesita comer. Atacan a los convoys porque no tienen trabajo. Por eso aceptan fácilmente el dinero a cambio de no atacar" explica un funcionario al periódico citado.
Otras fuentes y algunas empresas de seguridad niegan que se paguen estos 'impuestos' a los talibán a cambio de evitar ataques, pero otros aseguran que además de a la insurgencia debe pagársele también a policías, funcionarios y soldados.