Madrid, 24 oct (EFE).- El Real Madrid, vigente campeón de la Euroliga, recibe al Buducnost Podgorica, que regresa a la máxima competición europea 17 años después, con el convencimiento de que no puede fiarse del equipo montenegrino, aunque todavía no se haya estrenado en la victoria.
El Buducnost, que dejó fuera de la competición al Estrella Roja de Belgrado, es un equipo sin grandes nombres de jugadores en sus filas, pero con "un juego redondo" en palabras del entrenador del Real Madrid, Pablo Laso.
El punto fuerte del equipo balcánico es la defensa y de ahí que su intento de enfriar el partido con un ritmo lento, con juego de cinco contra cinco estirando la posesión al máximo posible, sea su mayor apuesta.
En los tres partidos anteriores, 71-82 ante el Milán, 71-63 ante el Darussafaka en Estambul y 68-78 ante el Maccabi, siguieron este patrón y nada parece indicar que vaya a cambiar en su visita al Real Madrid.
En el equipo montenegrino hay jugadores con pasado ACB como Edwin Jackson, Alen Omic, Zoran Nikolic y Danilo Nikolic, y estadounidenses que cumplen a la perfección con su papel como Earl Clark y Coty Clarke.
Laso reconoció que el partido será "un esfuerzo de concentración" al jugar con gente que no conocen tanto.
Estos partidos alejados del glamur de los grandes duelos históricos europeos, siempre son un problema para los equipos poderosos porque invitan a ahorrar esfuerzos y acaban pasando factura, porque en la Euroliga cualquier equipo puede ganar al cualquier rival en cualquier cancha.
Laso sólo tendrá la baja obligada de Trey Thompkins, al que no se quiere forzar en la recuperación, aunque el entrenador informó que este miércoles se había entrenado con el equipo casi con absoluta normalidad. Así que tendrá que hacer tres descartes entre sus jugadores.
Teniendo en cuenta que el mexicano Gustavo Ayón todavía no lleva una semana de vuelta tras solventar el problema familiar que le llevó a su país, lo normal es que esté en el choque y que sea otro pívot el que tenga un pequeño descanso. E