
Iñaki Urdangarin ignoró por completo el aviso de la Casa Real, que le exigió en 2006 abandonar toda la actividad en el Instituto Nóos. De acuerdo con la información que figura en el sumario del caso, el duque de Palma hizo negocios un año después en Francia, logrando unos ingresos de 155.000 euros.
Llama la atención además que la facturación se realizó a través de Aizoon, la empresa que comparte a partes iguales con la infanta Cristina.
En el sumario, y bajo el epígrafe de actividad exterior, aparecen tres pagos realizados a través del BBVA.
El primero, de 100.000euros, se materializó el 16 de abril de 2007; el segundo, por 17.555 euros, el 1 de octubre
y el último, el 27 de diciembre, por otros 37.500 euros. Aunque no consta la empresa pagadora, el concepto que aparece junto a los ingresos es el de publicidad, estudios
de mercado y sondeos.
Actividad exterior
Urdangarin, que había realizado ya algún trabajo más pequeño en Francia, antes de que se le obligara a dejar
el Instituto Nóos, estuvo buscando también oportunidades en Brasil. Así lo ha reconocido en sus declaraciones ante la Fiscalía Anticorrupción Marcos Tejeiro, cuñado
de Diego Torres, socio del duque y responsable financiero del entramado.
Al igual que hacía en España, Urdangarin trataba de usar el potencial de la Corona, implicando tanto a su esposa, la infanta Cristina, como al secretario de la misma, Carlos García Revenga, aunque su fortuna a la hora de conseguir contratos en el exterior fuemucho menor.
Poco a poco se van conociendo además nuevos detalles sobre los trabajos realizados a cambio de asombrosas
cantidades de dinero. El Instituto Nóos realizó, por ejemplo, un informe de seis páginas para la Diputación alavesa que costó 23.000 euros. En concreto, el
Instituto fue contratado para un programa de patrocinio de la Catedral Santa María, de la capital victoriana.
Mientras tanto, el portavoz y abogado de Urdangarin, Mario Pascual Vives, señaló el pasado viernes que "la virulencia, la mala fe y las ganas de hacer daño" que destilan algunos hacia su defendido, subrayando que aunque es "injusto, desproporcionado e incorrecto", la opinión es libre y se empeñará por que la población cambie su parecer respecto al asunto. "La opinión pública tiene una sensación que debe haber una condena, y yo siempre he dicho que esto es prematuro?, aseguró.