"Creemos en la no violencia y es lo que practicamos, pero cuestionando el poder y la Ley cuando no hay Justicia. Hoy en día, el orden establecido es un desorden en el que a los pobres les expropian lo poco que tienen. Eso es la verdadera violencia". Juan Manuel Sánchez Gordillo (Marinaleda, Sevilla, 1952) se defiende así de quienes critican su participación en la marcha de jornaleros convocada por el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT).
Alcalde de su localidad natal desde 1979 y diputado autonómico de Izquierda Unida, este controvertido personaje también carga contra el Gobierno de Mariano Rajoy, contra el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, y contra la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, "la marquesa". "Se están cargando el Estado de Derecho. España, cada vez más, se convierte en un estado de derechas, uno de derecha troglodita. Aquí hay mucho sinvergüenza, mucho caradura", sentencia el bautizo de la CNN y el Financial Times como Robin Hood español.
Satisfecho por el discurrir de la marcha jornalera, el alcalde de Marinaleda no desvela los asaltos sorpresa que aún prepara. Primero fueron los supermercados, luego los bancos y este martes el palacio de Moratalla una construcción perteneciente a la prima del rey Juan Carlos I que se emplea ahora como hotel de lujo. ¿Y ahora? ¿Cuál es el objetivo? "No lo podemos decir pero habrá que volver a atacar", avanza Sánchez Gordillo.
La finca de Turquilla, perteneciente a Defensa; los latifundistas andaluces; el "PPSOE como partido único del capitalismo"; y los bancos los "grandes culpables de esta estafa planificada del oligopolio financiero" se convierten así en claros candidatos según se deduce del discurso de este político.
La delegada del Gobierno en Andalucía ha advertido de que actuarán con "contundencia" y de que "no habrá impunidad"...
¿Palos y tiros? ¿Qué quiere decir eso? ¡Que lo traduzcan! Suena a represión, a franquismo puro y duro ante una ocupación pacífica. Es una amenaza y el Estado no puede amenazar, debe ser quien ponga cordura: esto sobrepasa el Estado de Derecho.
¿Es la violencia un medio para obtener fines?
No. Yo creo que eso es lo que el capitalismo hace. Como en Irak. O como en Libia, donde se ha cambiado sangre por petróleo. ¿Por qué para pagar una trampa privada [la deuda soberana] se coge dinero público? Esto no es un rescate, es un secuestro. El euro hace más rico a los ricos; asistimos a un atraco a mano armada a toda una clase. Además, este gobierno de marionetas no es soberano y sólo obedece a los bancos alemanes. La democracia se vacía de contenido: no es de recibo que se premie a los culpables de la crisis y se castigue aún más a las víctimas.
Los medios extranjeros están realizando una cobertura amplia de la marcha, ¿le reconforta?
Está teniendo mucha repercusión porque Europa está en una crisis profunda. ¿Hasta que punto los ejecutivos deciden? La política debe primar sobre la economía, y no al revés. Estos oligarcas son como Robin Hood pero al revés: roban a los pobres para dárselo a los ricos.
¿Qué tratamiento cree que está recibiendo este movimiento en la prensa española?
Al igual que en Andalucía hay terratenientes y jornaleros, aquí también hay prensatenientes -los dueños, normalmente banqueros- y los jornaleros de la noticia, que también son los que pasan calor junto a nosotros. Ya estamos molestando al poder y van a tratar de desprestigiarnos. Nos crucifican porque hemos dado en la diana: la crisis tiene cara humana.
Acusaciones de populismo y críticas por bañarse en la piscina del palacio de Moratalla... ¿Qué tiene que decir al respecto?
Hacía calor y veníamos de andar kilómetros al sol, fijarse en lo de la piscina, en la anécdota, y no en las ideas centrales que articulan el movimiento es quedarse en lo superficial.

La clase política ha cargado con dureza contra usted y los jornaleros del SAT. ¿Cómo valora esta reacción?
Los ataques del PP son normales, porque luchamos contra él y contra el Ejecutivo de Rajoy. Estamos en las antípodas de su pensamiento, de las ideas de los culpables perrunaobedientes de los bancos alemanes. Algo similar sucede con el PSOE, con quien también llevamos años litigando porque son la misma cara de la moneda capitalista.
¿Qué le parece la falta de entusiasmo de IU con respecto a esta protesta?
Nadie nos ha dicho nada en contra, esa es la verdad. Algunos, como [Gaspar] Llamazares o Enrique de Santiago han sido más firme, mientras que otros han optado por la tibieza. En cualquier caso, el partido dio en su programa un rotundo "no" a los mercados: nosotros estamos haciendo lo mismo ahora, pero de manera práctica. En definitiva, no tengo miedo a sanciones o expedientes: no va a haber ningún problema, estoy seguro al 99%.