La polémica persigue a Tania Sánchez. Sus actuaciones, y esta vez no se refiere a los contratos que pudo firmar a favor de su hermano, continúan colocándola en una posición complicada. El último presunto escándalo tiene que ver con su firma en 2008, entonces como edil de Rivas, a favor de una empresa Sport Tennis de la que su jefe municipal de Programación de Deportes, Rafael Martínez Navas, era el apoderado. El contrato fue de 425.000 euros.
Así lo recoge el diario El País. El origen de esta polémica arranca en 2006, cuando el padre de la dirigente de Izquierda Unida, Raúl Sánchez, era concejal de Deportes y ella era la encargada de los Servicios de la Ciudadanía, que dependían directamente del área de Deportes del que su padre era el titular.
En esa fecha, con Martínez Niza como jefe de Programación, padre e hija firman a favor de éste la prolongación de un contrato anterior a 2006, por valor a 388.999 euros. Precisamente en este año, en 2006, remarca el diario de Prisa, Martínez Navas se convierte en funcionario. Pero antes, de 1999 a 2006, ya había facturado con el Consistorio de Rivas.
Rafael Martínez Navas, quien -con la ayuda de IU- ha decidido no acudir a la comisión de investigación abierta estos días por el propio Ayuntamiento ripense a propuesta de los dos principales partidos de la oposición, PSOE y PP, ha argumentado a El País que en 2006 vendió las acciones de Sport Tennis. Sin embargo, la revocación del poder firmado como apoderado en 1999 no se llevó a la práctica, asegurando "no tener conocimiento de ello".
En 2008, Tania Sánchez, ya como edil de Rivas, firmó un contrato de tres años de 425.000 euros para impartir clases de tenis, pádel y piscina con la empresa vinculada a este técnico municipal que trabajaba a su cargo, por cierto, apoderado todavía de Sport Tennis Profesional Service, y quien además tenía capacidad para decidir contratos municipales relacionados con el área de Deportes.
En ese momento, recoge El País, el Ayuntamiento se da cuenta del "error administrativo". El funcionario pidió una excedencia, y el Consistorio rompió el contrato con Sport Tennis y se lo dio a otra entidad, Sport & Racket Profesional Service. Pero curiosamente esta nueva empresa cuenta con el mismo administrador que Sport Tennis: Luis Jorge García San Cristóbal, con quien Martínez Navas ya había compartido intereses empresariales.