La abrupta destitución del ya exportavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, Antonio Miguel Carmona, ha removido los recuerdos entre los dirigentes y militantes del PSOE. Tanto en Ferraz como en la sede de la federación socialista madrileña, todos se han sentido como en los días del pasado febrero, cuando el entonces líder del PSM, Tomás Gómez, fue retirado de forma fulminante de su cargo.
De hecho, Carmona y Gómez se han visto todavía más hermanados por los motes que les aplican sus correligionarios: Hiroshima y Nagasaki.
En las filas socialistas, empiezan a asegurar que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha demostrado que sólo sabe actuar a golpe de "bombazos atómicos" y de ahí la comparación con las dos ciudades bombardeadas.
Mientras, entre los socialistas ya empiezan a hacer cábalas sobre a quién le afectará la próxima explosión.