El Gobierno y la Generalitat se acercan, pero con prudencia. Una sola reunión entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha dado más frutos que todas las que hubo entre Artur Mas y Rajoy en los últimos cinco años.
Si durante la etapa de Mas, las declaraciones posteriores de ambos líderes eran beligerantes y alimentaban sus respectivas trincheras, ayer Puigdemont y Rajoy llegaron a un acuerdo de mínimos para negociar algunas cuestiones.
Aunque ambos mostraron sus "profundas discrepancias" sin reparo alguno, acordaron crear un encuentro bilateral entre vicepresidentes para abordar las cuestiones que más afectan a Cataluña. Sin embargo, cuando Puigdemont puso sobre la mesa el deseo de celebrar una consulta sobre el futuro de Cataluña, Rajoy desechó de forma tajante esta propuesta, asegurando que "sin ley, no hay democracia". Por lo que Puigdemont sentenció que, en el fondo, "la reunión no ha ido bien".
El acuerdo más prospero de la reunión fue la cita acordada entre vicepresidentes la semana que viene. Este encuentro entre Soraya Sáenz de Santamaría y Oriol Junqueras, en el que Rajoy ha ninguneado a Montoro, se celebraría para acordar una solución consensuada a cuestiones como el incumplimiento del límite de déficit (que ayer Cristóbal Montoro anunció que lo elevaba del 0,3 al 0,7% para las comunidades autónomas) o el pago de la liquidación del FLA de años anteriores. No obstante, para Puigdemont, elevar el techo de déficit en cuatro décimas es "totalmente insuficiente en relación a la Ley de Estabilidad Presupuestaria".
Otro de los temas que más confrontación causa entre ambos presidentes es la supuesta "judicialización de la política" del Gobierno, en relación a las diferentes leyes que ha recurrido Rajoy. Sin embargo, el propio presidente del Gobierno alegó que mientras ellos "sólo han hecho 29 recursos, la Generalitat lo ha utilizado 49 veces".
Puigdemont recordó también el hecho de que el 9N se haya llevado a los juzgados con la imputación del expresident Artur Mas, y las conselleras Irene Rigau y Joana Ortega. Otra de las leyes sobre la que se habló fue la de pobreza energética, que el Gobierno presuntamente iba a recurrir ante el Constitucional, pero que, tras la reunión, se dejó entrever que podría existir un acuerdo para mantenerla. "La pobreza no entiende de gobiernos en funciones", insinuó Puigdemont. No obstante, el Govern todavía no la ha desarrollado.
A pesar de que Mariano Rajoy no ha querido comparar a Carles Puigdemont con su antecesor en el cargo, lo cierto es que el tono de las declaraciones posteriores y los gestos entre ambos ha denotado una mayor cordialidad. Una apariencia que han confirmado ambos líderes.
La reunión se produjo justo después de que el Govern presentara su plan de gobierno. El PP recordó ayer vía Twitter que Cataluña recibirá este año hasta 1.862 millones de euros más, pero la Generalitat argumenta que estos ingresos son insuficientes.