El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, no cierra todas las puertas a una futura abstención. Aunque se mantiene firme en su postura actual -la del "no es no"-, se trata de un posicionamiento para el contexto actual, con Mariano Rajoy como presidenciable por el PP, y a falta de algo menos de dos meses para una eventual convocatoria de elecciones. Sánchez e Iglesias hablan pero no conciertan una reunión.
Pero la firmeza de Sánchez en mantener el 'no' puede variar hasta considerar posible una abstención siempre que los términos cambien. Consciente de que unas terceras elecciones pueden beneficiar a los dos partidos tradicionales, Sánchez sí estaría dispuesto a reconsiderar su negativa y facilitar un Gobierno con un candidato popular distinto a Rajoy.
Fuentes políticas explican a elEconomista que así se llevaría por el camino el trofeo de haber impedido la formación de un Ejecutivo vinculado a la corrupción, lastrado por el peso de casos como el del extesorero Luis Bárcenas, y de propiciar el relevo en el PP. Así, Sánchez cambiaría su imagen: de aparecer como el político que bloquea la gobernabilidad, pasaría a ser el que ha enarbolado la bandera anticorrupción.
Esta actuación sería crucial, además, en clave interna, ya que desactivaría la fuerte presión a la que se ha visto sometido por algunos barones. Y la confianza en esa estrategia la fundamenta Sánchez, indican las mismas fuentes, en la convicción de que el PSOE ganaría votos en unas próximas elecciones.
Esta hoja de ruta justificaría que la ronda de contactos de Sánchez con los partidos, iniciada ayer, no incluya, hasta la fecha, su postulación, algo que se le ha criticado desde dentro y fuera de sus filas.
La posibilidad de una abstención a un PP sin Rajoy es, de hecho, una opción que se defiende desde el PSOE andaluz. Si bien los socialistas andaluces sostienen la lealtad a la jerarquía en el seno del partido, sí han lanzado el mensaje de que su retirada facilitaría el diálogo.
Sin embargo, no parece que el presidente en funciones esté dispuesto, de momento, a dar ese paso. Durante la conversación de diez minutos que mantuvieron ayer por teléfono, el líder del PP ofreció a Sánchez pactar sobre políticas concretas en busca de un acuerdo (de temas como la financiación autonómica, el pacto educativo, las pensiones o la respuesta al independentismo catalán) y que ese pacto esté liderado por el propio Rajoy.
A través de un comunicado, Moncloa explica que el jefe del Ejecutivo invitó a Sánchez a reflexionar sobre el bloqueo político y la desconfianza y el malestar social que éste está generando. De hecho, el candidato popular incidió en que España necesita urgentemente unos Presupuestos para responder cuanto antes a las exigencias de Bruselas.
La conversación con Rajoy no ha hecho variar la postura "oficial" del líder socialista que, de puertas afuera volvió a posicionarse en contra de la gran coalición con PP y Ciudadanos y le comunicó al presidente en funciones su intención de abrir un diálogo con el resto de fuerzas para buscar una solución al bloqueo.
Presión de los barones
El otro frente abierto para Sánchez está en sus propias filas. El portavoz parlamentario del PSOE, Antonio Hernando, quiso lanzar ayer un mensaje a los barones del partido que han cuestionado en público la estrategia de Sánchez de abrir una ronda de conversaciones con los demás partidos. A ellos les dejó claro que el líder socialista actuará "con la misma responsabilidad" con la que ellos abordaron los contactos posteriores a las autonómicas de 2015. El lunes, Juan Cornejo, del PSOE andaluz calificó de "inviable" el acuerdo con C's y Podemos; y el presidente aragonés, Javier Lambán, pidió a Sánchez que dejase de alimentar "falsas expectativas". Ferraz contra los barones críticos.
Desde la Generalitat valenciana, su presidente y líder del PSPV, Ximo Puig, entiende que los españoles merecen un diálogo "sin vetos", desde la generosidad y la humildad. De momento, el portavoz de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, ha remitido un documento de trabajo a Unidos Podemos y al PSOE para empezar a negociar "ya" y buscar la investidura de un nuevo presidente que no sea Rajoy. Para ello, reclaman a C's una "abstención técnica" que lo permita.