Todo lo que rodea al PSOE se convierte irremediablemente en aritmética. Si la única opción factible para Pedro Sánchez es un encaje de bolillos con el número de diputados que podrían auparle al Gobierno en una miscelánea de fuerzas políticas, la de los barones del partido enfrentados a su secretario general también pasa por la calculadora.
Conscientes de lo difícil que van a tener el moverle la silla a Sánchez aunque, como todo parece indicar, los resultados del partido este próximo domingo en las elecciones vascas y gallegas sean muy bajos, los barones sopesan, según informa El Español, dejar al líder socialista en la estacada mediante una maniobra orgánica que comprometería su futuro al frente de la formación.
Se trataría de forzar la dimisión de todos los miembros posibles de la Ejecutiva Federal para poner a Sánchez en problemas. Según los Estatutos del PSOE, la dimisión de la mitad mas uno de los miembros de este órgano, hasta ahora el bastión en el que se ha protegido el secretario general, lo que habitualmente se conoce como Ferraz, supondría la convocatoria de un congreso extraordinario con el que los barones podrían poner fin al mandato de Sánchez, ya que este es el único cónclave que puede renovar el liderazgo del partido y sus principales órganos.
Como el congreso del PSOE en el que muchos de estos barones autonómicos querían ajustar cuentas con Sánchez se lleva posponiendo desde febrero por la falta de gobernabilidad en España, esta vía sería una forma de acortar plazos. De salir adelante la idea, los líderes territoriales, especialmente la presidenta andaluza, Susana Díaz, mayor rival interna de Sánchez, tendrían más peso a la hora de decidir el rumbo del partido e incluso negociar la abstención de los socialistas ante un nueva intento de investidura de Mariano Rajoy o de otro candidato del PP.
Una vez conseguida la dimisión de la mitad más uno de los miembros de la Ejecutiva, teóricamente, se produciría la salida del secretario general y el partido sería dirigido a partir de ese momento por una comisión gestora hasta la celebración del anhelado por los barones Congreso.
Sin embargo, pese a que la idea tiene forma y materialización, los números no acaban de acompañar a los líderes territoriales. Tras el fallecimiento de Pedro Zerolo y la dimisión de Ramón Gómez Besteiro, exlíder de los socialistas gallegos, tras ser imputado, la Ejecutiva del PSOE cuenta con 36 miembros, con lo que los críticos de Sánchez necesitarían la dimisión de 19 miembros para deponerle.
Según el citado medio, serían hasta 15 los miembros que, a opinión propio, o forzados por su federación regional podrían llegar a dimitir llegado el caso y poner en apuros a Sánchez. Una cifra insuficiente que podría alterarse en función de los miembros dubitativos, ya que también hay fieles a Sánchez y a la actual directivo.
Entre estos miembros dudosos estarían la presidenta del PSOE y diputada por Jaén, Micaela Navarro, la consejera de Ximo Puig en Valencia Carmen Montó, la diputada por Cáceres Pilar Lucio, el exlíder del PSC Pere Navarro, el antiguo líder de los socialistas navarros, Roberto Jiménez, o la exdiputada asturiana María Luisa Carcedo.
Serían nombres que podrían decantar la balanza frente a los defensores de Sánchez, entre los que destacan nombres como la diputada asturiana Adriana Lastra, distanciada del presidente de su región, Javier Fernández, uno de los barones críticos con Sánchez, la líder del PSOE en Aragón Susana Sumelzo o la dirigente andaluza María Luisa Faneca.
La dificultad de los barones para ejecutar esta maniobra es lo subjetivo del voto personal de los miembros, que pueden ser impelidos tanto por ellos como por el equipo de Sánchez, haciendo casi imposible el asegurar los 19 votos necesarios para una defenestración que también entrañaría riesgos para la propia Díaz o quien sucediera a Sánchez: sería vista como la persona que 'decapitó al líder del PSOE que dijo "no" a Rajoy y al PP. De momento, Ferraz espera al 25S.