
Partiendo de la base de que nadie, o muy poca gente, conoce lo que hay dentro de la cabeza de Mariano Rajoy, lo cierto es que el presidente de los populares se enfrenta a uno de los Congresos Nacionales más tranquilos de su carrera política. Se presenta como candidato desde el poder, y no parece que se haya ningún movimiento contestatario interno. Ahora, y antes el Congreso de febrero, el principal objetivo de Rajoy es limpiar las siglas del PP, renovar algunas caras y borrar las secuelas de corrupción. Cospedal se convierte en pieza clave.
Así lo recoge el diario La Razón este martes, que menciona los ajustes que acometerá Mariano Rajoy de cara al Congreso Nacional que se celebrará en menos de dos meses. Con las primarias desterradas, y sin discusión por su liderazgo como sí ocurrió en 2008, la idea en la que trabaja el principal dirigente del Partido Popular es la de hacer una limpieza de imagen con algunos cambios de caras y reforzar al mismo tiempo la maquinaria para competir con mejores recursos la marca de Ciudadanos, lo que conlleva consolidar a los jóvenes dirigentes de los que se rodeó tras las elecciones autonómicas y municipales de 2015. Todos, unos más que otros, tendrán ahora un papel relevante en la elaboración de ponencias. Es el caso de Fernando Martínez Maíllo.
Así, Rajoy no pretende grandes cambios en lo que respecta a la primera línea del equipo que surgió de 2015 con cuatro vicesecretarios nuevos, aunque da por sentado que sí habrá ajustes que se deriven de la organización del Congreso (en la Junta Directiva hay 18 personas, y en el Comité de Dirección, 9). Eso sí, lo que permanece inalterable es la apuesta que hace el PP por la continuidad de un clásico en el partido, al que algunos miembros del partido llaman en tono irónico "mirlo blanco". Se trata de Javier Arenas, actual vicesecretario de Política Autonómica y Local.
Y de renovación también se habla en el círculo de Rajoy, donde se reconoce que el líder madura la idea de recambio de Cospedal, después de que la secretaria general haya entrado en el Ministerio de Defensa. El medio citado subraya en este punto, que esta sería la pieza principal de renovación de la imagen del PP, sin crisis graves, más allá de los pulsos internos. De momento, Rajoy no ha dado pistas a nadie sobre en quién piensa para sustituir a Cospedal, aunque el sentido de sus decisiones hacen que todos los ojos se centren en la imagen de Fernández Maíllo. "Está por ver si La Razón se equivoca o no", declara a EcoDiario.es un dirigente castellano-manchego afín a María Dolores de Cospedal.
Con Cospedal o no al frente a la Secretaría, la estrategia de Rajoy pasa además por el diseño de un relevo generacional, con él al frente, que ayude a recuperar un espacio electoral perdido, que es el del voto joven.