Las traiciones de sus antiguos y más estrechos colaboradores han hecho mella en Pedro Sánchez. Sin ir más lejos, la de su portavoz Antonio Hernando parece que todavía le escuece.
Pero ninguna le ha afectado más que la de César Luena, exsecretario de Organización al que Sánchez consideraba su amigo dentro del PSOE, y con el que compartió las difíciles horas en las que ambos permanecieron atrincherados en Ferraz cuando parte de la Ejecutivo dimitió y se quiso forzar la salida del entonces líder.
Se dice que el exsecretario general de los socialistas está tan dolido con Luena por haberse pasado a la 'tercera vía' que encabeza Patxi López en los últimos meses que ha dado orden para que los sanchistas que quedan en el partido hagan el vacío a su antiguo 'número dos'.
Hay que recordar que, pese a su manifiesto apoyo a Sánchez hasta el último minuto, incluso llegando a asegurar saliendo de Ferraz tras la dimisión de Sánchez que siempre estaría con él, Luena finalmente se abstuvo en la investidura de Mariano Rajoy pese a mostrarse crítico con la decisión de la Gestora, emanada del Comité Federal.