Política

El PSOE y el triangular de las primarias: del choque de trenes al accidente múltiple

  • No hay dos sin tres, pero tres son multitud; en el PSOE también
Montaje: EcoDiario.es / Pixabay

No hay dos sin tres, pero tres son multitud. El pasado sábado, con retórica grandilocuente y en territorio comanche, Pedro Sánchez confirmaba el segundo advenimiento del mesías de la militancia. En medio de un estanque y bajo el sol del invierno sevillano, fue necesario impacientar al personal con varios párrafos de discurso antes de llegar al momento en el que el exlíder de los socialistas ponía sus dos rosas encima de la mesa. Y lo hizo en el preciso momento en el que la catarsis sanchista se asomaba al clímax. Cabían 500, pero había 1.500. Que empiece la fiesta.

Desde entonces, un sector del partido con carnet y cargo orgánico, y de manera general con filias australes, ha comenzado a farfullar entre dientes que ahora la única salida al brete del PSOE es un callejón oscuro y húmedo en el que solo espera la desolación y el caos. Que poco importa quién gane las primarias y conquiste el trono del partido en el 39º Congreso de junio porque van a perder todos. Que Sánchez ha roto definitivamente la baraja presentando su candidatura. Que para gobernar un barco de nada sirve tener grumetes si no tienes capitanes. Roto. Hundido. Destrozado. Perdido. Predicciones apocalípticas que señalan que por fin algo acontece en las entrañas del dragón. Y sin embargo, se mueve.

Por Antequera

Tal vez aturdidos por el sonido de unas trompetas que anunciaron la salida del sol por Antequera, el ala susanista, que viene a ser lo mismo que decir Susana Díaz, sigue esforzándose en no despejar la X de una ecuación a la que, según algunos, le sobra una incógnita. El exlehendakari Patxi López salió raudo de entre las sombras para acabar de enterrar al Pedrismo jugando como nadie al robo del barón, pero parece que el movimiento, viniera de dónde viniera, no ha hecho más que acicatear al sector del 'no es no'. Tras su súbita desaparición, a Sánchez por fin le ha entrado la primera marcha en ese vehículo que pretende conducir de vuelta al garaje de Ferraz -automóvil metafórico, por si alguien se había creído que un político va a recorrer España en un dos caballos-, maniobra que, por esperada, escuece tanto como lo mismo. Nadie está seguro si mucho o poco. Lo mismo.

Y en la misma cara de perro, en ese esperado choque de trenes entre sí y no, entre blanco y negro, entre cielo e infierno, entre aparato y 'gente', la candidatura de López amenaza con desatar un accidente múltiple. Ya no va a haber lideresa por aclamación, ni batallas en las que todos saben cuál es su trinchera porque una está en frente de la otra. Si el conjunto de la sociedad española ha tenido que decir adiós al bipartidismo, al menos por el momento, en los partidos comienza a imponerse la misma lógica a nivel interno. Solo que, como en la vida real, cuesta acostumbrarse a los cambios. De momento, Díaz no mueve ficha y sigue instalada en el "cuando toque", quién sabe si por miedo a dar un paso en falso antes de asegurar el suelo del censo y resolver el incómodo problemilla con esos socialistas norteños que hablan en otro idioma y se empeñan en votar al candidato contrario a la federación andaluza.

¿Colideramos?

De momento, en el haber de Díaz encontramos una candidatura critica dividida, con unos cuantos dirigentes que se han bajado del convoy de Sánchez para abrazar la tercera vía el patxismo, como César Luena, Óscar López, Idoia Mendía, Sara Hernández, Luis Tudanca o Manolo Robles, entre otros. Razón por la cual ambos candidatos ya comienzan a hablar de "coliderazgo", un concepto que casualmente este fin de semana ha salido de ambas bocas. A falta del tercer vértice de un triángulo peligroso, unir los puntos se antoja urgente.

Y allá en el rancho grande, la gestora arrastra sus lentos pies hacia un Congreso al que aún le faltan unos meses antes de que todo quede lo más atado posible, con la aprobación de unos presupuestos con el PP aún en el aire, y con la resignada sensación de que todos los esfuerzos por allanar el camino no han servido para rebajar la pendiente. Al menos de momento. Y si no, que se lo digan a Manuel Valls.

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Comentarios 1

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Andrea
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Lo primero que tiene que hacer el PSOE es aclararse, si desea: 1) Ser una alternativa serena y no demagógica al capitalismo salvaje que luche por una justicia social, 2) ser lacayos del independentismo y de Podemos, malgastando el dinero público en idioteces e impidiendo la creación de riqueza y de puestos de trabajo.

Si opta por la primera vía, la derecha ya se puede poner las pilas, si opta por la segunda (Pedro Sánchez y Cía), Rajoy se frota las manos, su reinado va a ser más largo que el que decía la basura de Hitler (1000 años del Reich).

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