
El martes en el Congreso se escenificó la guerra interna de Podemos. Pablo Iglesias e Íñigo Errejón mostraron su total distanciamiento con una discusión en sus escaños que fue muy comentada. Iglesias y Errejón competirán en Vistalegre II con proyectos y listas diferentes.
Pero lo que se desconoce es que la batalla dialéctica venía precedida de más de varias semanas de total silencio. Según se comenta en la formación morada, sus dos líderes llevan desde mediados de enero sin dirigirse la palabra.
"La comunicación es inexistente", corroboran las mismas fuentes. La mejor muestra de ello está en que ambos mandatarios han delegado la labor de interlocución en sus segundos.
Así, Irene Montero y Pablo Bustinduy se han convertido en los mensajeros de unos líderes que, según dicen en Podemos, "se comportan como dos niños enfadados".
Por si esta situación no fuera ya dantesca por sí misma, las intromisiones de Pablo Echenique y Juan Carlos Monedero no hacen sino echar más leña al fuego de una batalla de la que solo puede quedar uno.