Adela Cortina (Valencia, 1947), Catedrática de Ética y Filosofía Política en la Universitat de Valencia y directora de la Fundacion Étnor -para la Ética de los Negocios y las Organizaciones-, es referente en estas materias en España, Europa y Latinoamérica, con participación en proyectos de investigación, congresos y actividades docentes.
Es autora de cientos de publicaciones especializadas y una veintena de libros, el último, ¿Para qué sirve realmente la ética?, Premio Nacional de Ensayo 2014. Fue la primera mujer en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, en 2008, ha recibido diferentes reconocimientos y es Doctora Honoris Causa por varias universidades.
Durante la crisis, el foco se ha puesto no sólo en los fundamentos económicos, sino también en los valores, y se ha cuestionado al mercado. ¿A qué se debe el cambio y cuál pueden ser las consecuencias?
Es la primera vez que he oído decir a economistas relevantes y destacados que han fallado los valores éticos -como transparencia, veracidad y honradez-, además de otros factores. Suelen decir que la existencia de la crisis es cuestión de ciclos no evitables. La cuestión es por qué ahora.
El mercado es un mecanismo de oferta y demanda y, hoy por hoy, resulta difícil encontrar un sistema mejor. Pero siempre funciona en un contexto, con una estructura política y ciudadana. Si el político toma sus decisiones no en función de cuál es la mejor propuesta, sino quién es su amigo o quién le va a dar más, se construye una economía clientelar y hay disfunciones.
Lo importante no es el mecanismo en sí, sino un marco que garantice libre competencia e igualdad de oportunidades y que tenga en cuenta otros factores, como la ética. Si no, los dados están trucados. La socialdemocracia busca una estructura en virtud de la que el ciudadano tiene que satisfacer sus necesidades básicas. Ahí se ponen los límites al sistema de mercado.
¿Hay realmente más casos de corrupción en la actualidad o más control y capacidad para destaparlos?
Que afloren más casos no quiere decir que haya más, sino que en una sociedad democrática y más pluralista se descubren más cosas. Además, muchos han afectado a políticos y personas relevantes. Hay que ir con cuidado para evitar que los partidos políticos se dediquen sólo a buscar casos de corrupción de sus adversarios, en lugar de hacer proyectos interesantes.
Si se centran en encontrar el caso con el que puedan deshacerse del contrario, se empobrece la política, como está ocurriendo. Es una lástima que el PSOE no haya sabido capitalizar el descontento de parte de la población. Lo lógico es que hubiera crecido en apoyos y votos, pero no ha sabido hacerlo. Se ha limitado a esperar a ver cómo cae su adversario.
¿Se han convertido el Parlamento y la calle en un juzgado paralelo?
Lo que se está haciendo en muchos casos es de juzgado de guardia. Se condena a personas sin que los jueces se hayan pronunciado. Ha habido casos tremendos, como el de Rita Barberá. Además, se ha generado un clima desmoralizador en la sociedad, que cree que todo funciona horrorosamente mal. Hay que dejar a los jueces hacer su trabajo.
¿Puede ayudar la mayor diversidad política parlamentaria a ese enriquecimiento de propuestas?
Cuando surgió el movimiento del 15M, muchas personas nos alegramos, porque consideramos que hacía falta. La crisis y la situación mundial, con desigualdad y niveles de pobreza tremendos, necesitan de una respuesta. Pero todos esos movimientos se tienen que canalizar, porque no es sostenible estar siempre en la protesta.
Es positivo que hayan surgido otros partidos que hayan logrado una representación considerable, pero no da la sensación de que hayan aportado mucha novedad. Ciudadanos tiene una línea muy parecida a la del PP, aunque tiene gente con propuestas muy buenas. En Podemos se han producido cambios desconcertantes.
En poco tiempo, ha evolucionado desde una línea marxista-leninista a una propuesta socialdemócrata, con Olof Palme como figura de referencia. Y en España ya hay un partido que tiene como identidad la socialdemocracia, el PSOE. El conflicto entre los dos es inevitable.Por su historia, el PSOE tiene más derecho a reclamar que esa es su identidad. Podemos es mejor en el manejo de los medios de comunicación y las redes sociales, pero no aporta una propuesta diferente. En este sentido, es decepcionante.
¿Por qué se repiten constantemente los casos de cargos políticos que contratan a familiares y amigos?
En mi libro ¿Para qué sirve realmente la ética? se explica: hay una predisposición biológica en los seres humanos a proteger y ayudar a sus personas más cercanas. Se habla de un altruismo genético. Esto hace que el nepotismo se dé en todos los países y sociedades. Resulta muy difícil frenarlo y darse cuenta de que en un Estado de Derecho el criterio para la asignación de puestos no puede ser biológico, sino que debe prevalecer el criterio del mérito. Así se recoge en la Constitución.