La presentación de la candidatura este domingo de Susana Díaz para liderar el PSOE fue toda una demostración de fuerza y músculo orgánico. El acto celebrado en Madrid, en el que algunas fuentes contaron hasta 9.000 asistentes, sirvió también para que los pesos pesados del partido apoyasen a la presidenta andaluza.
Una exteriorización de poderío que pretendía, esencialmente, demostrar a su dos más que posibles rivales en el proceso de primarias a la Secretaría General, Pedro Sánchez y Patxi López, que el aparato está con ella y que en la recogida de avales para dicho proceso participativo pretende pasarles 'por encima'.
Según informa el diario Público, para poder concurrir a las primarias que se convocarán en el Comité Federal del próximo 1 de abril, los aspirantes tienen que reunir unos 9.000 avales -en torno al 5% del censo de militantes-. Aunque ninguno de los tres nombres en liza parece que tendrá problemas para llegar a esa cifra, los partidarios de Díaz cuentan con que ésta podría llegar incluso a los 27.000, triplicando el mínimo exigido y dando un serio revés mediático a sus contrincantes. ¿Y si el problema del PSOE fueran los avales? Rebajarlos podría atraer a nuevos candidatos.
Desde el entorno de la presidenta andaluza se asegura que esta masiva recogida de avales que prevén no está tanto dirigida a asustar a sus rivales y que éstos decidan no presentar como a propiciar un efecto adhesión o contagio que se materialice en el momento decisivo, esto es cuando los 180.000 depositen en las urnas el nombre de su candidato preferido para liderar el partido.
A esto ayudará que la federación andaluza, completamente en su mano, sea la más numerosa de España con 45.000 afiliados, un 25% del total. Sin embargo, en el equipo de Díaz no las tienen todas consigo, ya que estiman que entre la militancia hay en torno a un 35% de voto oculto que podría decantarse, dado el desencanto que hay con todo lo que huela a oficialismo, por un candidato como Sánchez.
Este porcentaje, que podría verse aumentado en las federaciones críticas más contra la Gestora que preside el asturiano Javier Fernández, contra Díaz y contra los pactos con el PP, podría pegar un buen susto a una candidatura, la de la presidenta andaluza, que quiere empezar a desinflar urgentemente la expectación creado en cuanto a la significativa asistencia de militantes a los primeros actos de precampaña de Sánchez.
Este voto oculto amenaza a Díaz incluso en Andalucía, donde, extrapolando los datos de 2014, podría estar en un 30%. En aquel momento, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias sumaron en torno a un 25% frente al casi 75% que obtuvo un Sánchez masivamente apoyado entonces por Díaz y toda su federación.