Política

El músico Emmanuel Jal recibe entre rimas y bailes el premio Havel de DDHH

Oslo, 30 may (EFE).- El músico Emmanuel Jal, que en su infancia fue niño soldado en Sudán del Sur, recibió hoy entre rimas de hip hop y con el público siguiendo sus pasos de baile el premio Havel a la disidencia creativa en el marco del Oslo Freedom Forum, la cita anual de activistas por la democracia de todo el mundo.

Jal recibió el premio "en nombre de todos los sudaneses" y explicó que para él simboliza más que nada "esperanza" para "todos los que querrían poder tener un altavoz en el mundo pero no son escuchados".

"Cada persona tiene una historia que cuando se explica ahí fuera puede poner luz en la oscuridad. Eso es lo que hice yo", añadió Jal, vestido con una túnica dorada para la ocasión.

Jal, que recibió el Havel de manos de los activistas Srdja Popovic (Serbia) y Jamila Raqib (Afganistán), improvisó rimas de rap como broche final a su discurso de agradecimiento con mensajes en contra de "rendirse" y de educar a los niños en la guerra en vez de llevarlos a la escuela.

El músico fue obligado en su niñez a participar en la guerra civil en Sudán y, tras salir de su país y convertirse en artista reconocido, con cinco álbumes en el mercado, puso en marcha becas de estudios y un programa para los sudaneses que han vivido su misma experiencia y luchan por sobreponerse y recuperar la infancia perdida.

Igualmente, Jal (1980) fundó la asociación Gua Africa que trabaja para ayudar a individuos, familias y comunidades a seguir adelante pese a los efectos de la guerra y la pobreza.

Junto a Jal, que ahora vive en Canadá y tiene vetada la entrada a su país, fueron reconocidos con el Havel, un galardón apoyado por la Human Rights Foundation instaurado en 2012, el grupo de teatro de bielorrusia Free Theater y la artista vietnamita Mai Khoi.

"Este premio honra la creatividad y su potencial en la lucha por los Derechos Humanos", explico Popovic, que recordó que la figura del galardón emula la estatua de la Diosa de la democracia levantada en Tiananmen por los estudiantes chinos en las protestas de 1989.

Cada uno de los galardonados recibe además un premio en metálico de 350.000 coronas noruegas (unos 37.000 euros).

En ediciones anteriores el galardón recayó en el periódico satírico El Chigüire Bipolar de Venezuela, así como en el artista chino Ai Weiwei, el grupo punk ruso PussyRiot, el disidente norcoreano Park Sang Hak el abogado por los derechos de las mujeres en Arabia Saudí Manal Alsharif.

Los premios Havel pusieron el broche final al Oslo Freedom Forum, donde participaron, entre otros, el opositor venezolano Antonio Ledezma y la activista nicaragüense Edipcia Dubón.

También llamó la atención de los participantes el testimonio de los padres de un joven asesinado en Corea del Norte, así como la denuncia de la abogada togolesa Farida Nabourema o la de la ucraniana Svitlana Zalishchuck.

Asimismo, el foro desarrolló varias conferencias paralelas sobre el papel de las tecnologías para la denuncia de activistas y disidentes, así como sus debilidades en cuanto a derechos como la privacidad y la libertad de expresión, con participantes como el vicepresidente de políticas públicas de Twitter Colin Crowell o el divulgador de origen venezolano Jason Silva.

El fundador del OFF, que este año llega a su décima edición, Thor Halvorssen, lamentó que no hubiera obtenido permiso del régimen de La Habana para asistir al foro el coordinador de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), José Daniel Ferrer García.

Halvorssen reclamó más atención de los gobiernos a nivel mundial con los autoritarismos.

Por su parte, el presidente de la Human Rights Foundation, el excampeón de ajedrez Garry Kasparov, echó en cara a los líderes del "mundo libre" que lleguen a "acuerdos con dictadores" y "mercadeen con los Derechos Humanos".

Por Lara Malvesí

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