L'Espluga de Francolí (Tarragona), 25 oct (EFE).- Familiares de brigadistas internacionales han conmemorado hoy el homenaje popular que ochenta años atrás se rindió en L'Espluga de Francolí a 2.000 voluntarios que combatieron en la Batalla del Ebro, antes de regresar a sus países.
El acto se ha desarrollado en el patio del actual albergue Jaume I -que durante la Guerra Civil fue un hospital militar-, el mismo lugar en el que el 25 de octubre de 1938 se celebró el acto de despedida a aquellos que recorrieron miles de kilómetros para luchar contra el fascismo.
En una atmósfera muy emotiva, ambientada con banderas y consignas republicanas, el encuentro ha reunido a familiares de los brigadistas, ya que de aquellos voluntarios solo quedan tres supervivientes que no han podido asistir a este acto de homenaje a causa de su avanzada edad.
La consellera de Justicia, Ester Capella, que ha presidido el acto, ha denunciado "el silencio, la apropiación y la reinterpretación interesada" de la historia.
Esto propició, ha añadido, que "durante años, se solidificaran mitos y engaños sobre nuestro pasado y un recuerdo edulcorado del fascismo".
El hijo de un brigadista y presidente de la Associazione Italiana Combattenti Volontari Antifasci di Spagna, Italo Manzana, ha subrayado la "grandeza" de "sentir el espíritu" de "quien luchó a favor de la libertad".
También han asistido el secretario de la Amical de las Brigadas Internacionales, Eduard Amouroux, y el catedrático emérito de la Universidad de Tel Aviv e hijo de un brigadista judío Isaac Benabu, entre otros.
Ester Capella ha descubierto un plafón conmemorativo del acto de despedida, celebrado en este mismo lugar el 25 de septiembre de 1938, tras la decisión del presidente de la República, Juan Negrín, de retirar la ayuda internacional.
Esta fue una medida de presión -en balde- para que el bando encabezado por los militares golpistas hiciera el mismo gesto y prescindiera del apoyo de los nazis alemanes y los fascistas italianos.
De los 35.000 combatientes llegados de todo el mundo para detener el avance del fascismo en España, murieron más de 9.000.
El patio del albergue donde se ha celebrado hoy el acto ha sido decorado con pancartas con los mismos lemas que les despidieron ochenta años atrás, como "Camaradas internacionales, el mayor homenaje que os ofreceremos será nuestra victoria".
La italiana Antonia Zigotti, que a medida que avanzaba el acto enjugaba sus lágrimas con una bandera republicana que cubría sus hombros, se ha lamentado: "los jóvenes han olvidado por culpa nuestra".
"No tenemos bastantes recuerdos, no hay nada y es culpa nuestra de que haya esta generación perdida, sin memoria", ha lamentado en declaraciones a Efe.
Las Brigadas Internacionales llegaron a contar con más de treinta batallones, que participaron en las grandes batallas de la contienda, como la del Ebro, Jarama o Brunete.
Hubo voluntarios de más de cincuenta nacionalidades, con bajas muy desiguales, encabezadas por los canadienses, que perdieron el 50 % de los que acudieron desinteresadamente a defender España del fascismo.
La media de edad era de entre 25 y 28 años; el 80 % eran obreros y el resto, intelectuales, personal médico y profesionales liberales, casi todos sin ninguna experiencia militar, que ejercieron de soldados, médicos, enfermeras o conductores.