Política

Zurabishvili jura como "presidenta de todos" los georgianos entre protestas

Tiflis, 16 dic (EFE).- Centenares de personas se manifestaron este domingo en Georgia contra la investidura de la presidenta Salomé Zurabishvili, quien prometió ser "la presidenta de todos" al asumir el cargo.

Las manifestaciones de la oposición, que rechaza la victoria de Zurabishvili y acusa a las autoridades de falsificar los resultados de las elecciones del pasado 28 de noviembre, fueron convocadas en varias ciudades del país.

Según la Comisión Electoral, Zurabishvili, de 66 años, obtuvo en la segunda vuelta de los comicios el 59,5 % de los votos, frente a los 40,5 % de su principal contrincante, el opositor, Grigol Vashadze.

La protesta más importante hasta ahora tuvo lugar hoy en Telavi, a 100 kilómetros al este de Tiflis, donde Zurabishvili juró el cargo ante representantes de más de 50 países.

Desde muy temprano, las caravanas opositoras tomaron rumbo hacia esa pequeña localidad georgiana, pero fueron bloqueadas en el camino por las fuerzas de seguridad georgianas.

En los choques entre los manifestantes y los agentes resultaron heridas varias personas, según imágenes difundidas por medios georgianos.

De acuerdo con las últimas informaciones, entre los heridos se encuentran, al menos, ocho policías que sufrieron diversas "lesiones y fracturas".

Un numeroso grupo de opositores logró, sin embargo, burlar los cordones de seguridad y se manifestó a pocos metros del palacio del rey Heraclio II de Telavi, donde Zurabishvili, vestida con los colores de la bandera georgiana, juraba "defender la Constitución, la independencia y la unidad del país".

La primera mujer presidenta de Georgia prometió asimismo que trabajará para "fortalecer las posiciones de Georgia en el seno de Europa" y "unir al país", tareas que consideró prioritarias durante su mandato.

En su discurso de investidura, Zurabishvili, otrora criticada por algunas declaraciones sobre la guerra ruso-georgiana de 2008, quiso zanjar definitivamente ese tema, al dejar claro que Georgia no aceptará la pérdida del control sobre los enclaves separatistas de Abjasia y Osetia del Sur.

"Rusia ha ocupado Abjasia y Osetia del Sur", afirmó al tiempo que instó a Moscú a respetar las normas del derecho internacional.

Según el director del Instituto de Estrategias de Gobernabilidad, Petre Mamradze, Zurabishvili, diplomática de carrera, tiene "una vasta experiencia" a sus espaldas, lo que le permitirá defender los intereses de Georgia a nivel mundial de la mejor manera posible.

En declaraciones a Efe, este analista subrayó que la llegada de una mujer a la presidencia de Georgia abre "una nueva etapa en el Cáucaso Sur" y va en línea con "la atmósfera de las reformas democráticas" que se percibe en la región.

Mamradze hizo hincapié en la promesa de Zurabishvili de ser presidenta de todos los georgianos, "incluidos los que no la votaron" y criticó las protestas opositoras que, según dijo, no responden a los intereses nacionales de Georgia.

Y mientras, el expresidente Mijaíl Saakashvili, quien respaldó en las elecciones al opositor Vashadze, llamó a los georgianos a reunirse esta noche en Tiflis para manifestar su oposición a la nueva presidenta.

"Toda Georgia debe estar hoy en el centro de Tiflis. Tenemos que consolidar nuestras fuerzas", dijo el controvertido político buscado por la Justicia georgiana desde su exilio en Holanda.

Saakashvili insistió en que los resultados de los comicios fueron falsificados y llamó a los ciudadanos a la acción porque "Georgia no es Zimbabue en tiempos de Mugabe, ni Uganda de los años 70, ni tampoco América Latina del siglo pasado".

Con la investidura de Zurabishvili, antigua embajadora de Francia en Georgia y que también ejerció como ministra de Exteriores en el país caucasiano, concluyó oficialmente la conversión de Georgia en república parlamentaria, con el presidente con funciones meramente representativas.

De acuerdo con la enmendada Carta Magna, el jefe del Estado tendrá la importante y exclusiva facultad de conceder indultos.

Zurabishvili tendrá un mandato de seis años y su sucesor será elegido por los 150 miembros del Parlamento y otros 150 compromisarios designados por las administraciones locales.

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