Barcelona, 20 dic (EFE).- El esperado encuentro en Barcelona entre los presidentes del Gobierno, Pedro Sánchez, y la Generalitat, Quim Torra, ha dejado una imagen distendida entre ambos mandatarios, pero también una "guerra" simbólica presente en pequeños detalles, desde el color de las flores a la escenografía de las reuniones.
Si la primera reunión entre Sánchez y Torra en Madrid el pasado julio estuvo marcada por la llamada "diplomacia de la ratafía" -por la bebida tradicional catalana que el president regaló a Sánchez- y paseos bucólicos por fuentes machadianas, esta vez el reencuentro entre los dos dirigentes ha dejado una "guerra de las flores" como ejemplo de una intensa batalla simbólica entre los dos ejecutivos.
La primera de esas luchas por la simbología se ha producido justo en el arranque de la reunión entre ambos presidentes en el Palau de Pedralbes, cuando los fotógrafos y camarógrafos desfilaban ante ellos para tomar las primeras imágenes de los dos mandatarios.
Sentados en dos sofás, tras ellos, había las banderas española y catalana y dos flores de Pascua de tonalidad amarilla -el color que el independentismo utiliza para reivindicar la libertad de los dirigentes encarcelados-, un detalle que no ha pasado inadvertido para el jefe de protocolo de la Moncloa, Andrés Costilludo, que se ha apresurado a añadir una flor de Pascua de color rojo entre las dos amarillas.
Un amarillo que también ha estado presente en los lazos que exhibían en sus solapas el president Torra y el vicepresident Pere Aragonès, mientras que la consellera Elsa Artadi portaba una chapa a favor de la libertad de los dirigentes en prisión, así como también un lazo amarillo en su carpeta de documentos, durante la reunión con las ministras Carmen Calvo y Meritxell Batet.
Las disputas por el relato han llevado asimismo a que cada ejecutivo interpretara de manera diametralmente opuesta el número de reuniones que se han llevado a cabo entre las paredes del Palau de Pedralbes, situado en la zona alta de Barcelona y a pocos metros de la Avenida Diagonal y varias facultades de la Universidad de Barcelona.
Según la Generalitat se han producido tres reuniones de trabajo: una entre Sánchez y Torra; otra en paralelo entre consellers y ministras; y una tercera de forma conjunta entre los seis dirigentes, lo que ha llevado a que el gobierno catalán calificara incluso de "cumbre entre gobiernos" lo sucedido hoy en Barcelona.
Pero la Moncloa ha matizado rápidamente que la única reunión de trabajo era la de los dos presidentes, mientras que restaba importancia a la reunión entre consellers y ministros y dejaba claro que el encuentro final a seis iba a ser sólo un "saludo de cortesía" y una simple fotografía entre presidentes, consellers y ministros.
Y es que si bien la Generalitat, según fuentes consultadas, ha intentado que esa imagen de los seis dirigentes fuera con todos sentados, para lograr esa ansiada imagen de cumbre bilateral entre gobiernos, finalmente el Gobierno ha logrado imponerse para que la fotografía fuera de los seis de pie, con los dos presidentes en el centro y los ministros y consellers a cada lado.
Incluso las divergencias sobre la interpretación de esa tercera reunión se han evidenciado en las comparecencias posteriores. Para Artadi, han habido "tres reuniones", la última "conjunta"; para Batet, "ha quedado claro que se han producido dos reuniones", la tercera "un encuentro en el que se ha producido una fotografía, de unos minutos, de cordialidad, para despedirnos porque los presidentes se iban a una cena... y poco más".
En efecto, tras esa fotografía, los dos presidentes han abandonado el Palau de Pedralbes entre una conversación distendida y cordialidad mutua, rumbo a la cena organizada por Foment del Treball a pocos metros, en el hotel Princesa Sofía.
Una imagen de cercanía que ha sido la misma que veía a su llegada al palacete barcelonés, cuando Torra había recibido a Sánchez con un apretón de manos y un intercambio de sonrisas y palabras... justo sobre una equis marcada en el suelo de tierra por los equipos de protocolo, pendientes hoy de hasta el último detalle.