Rusia, país que atraviesa graves problemas económicos, ha adoptado una nueva medida con la que parece querer calmar los ánimos de una población inquieta por la inflación que arrastra la depreciación del rublo: abaratar el vodka.
El presidente Vladimir Putin ha anunciado un descenso del precio mínimo de la bebida espirituosa nacional, desde los 220 a los 185 rublos el medio litro, informa el diario ABC.
No se trata de un descenso muy significativo, pero sí un gesto para calmar a una población cada vez más empobrecida: alrededor del 60% de los rusos vive en situación de pobreza.
Ante el abaratamiento del vodka, que puede encerrar una estrategia 'balsámica' ante la gravedad del escenario económico-social que habitan los rusos, asociaciones antialcohólicas han denunciado el 'volantazo' ejecutado desde la toma de conciencia del problema sanitario que provoca el alcohol cada año en el país, donde mueren medio millón de personas por causas relacionadas con su consumo.
Campaña antialcohol
En 2006 se había iniciado una campaña contra el excesivo consumo de alcohol en Rusia, que acompañó una nueva legislación con subida de impuestos incluida para estas bebidas. Esta nueva estrategia logró la reducción del consumo del vodka en un 33%.
En contraposición con esto, y ocho años después, Putin ha decidido no solo bajar el precio del vodka, sino reducir las tasas impositivas del resto de alcoholes abrir de nuevo la publicidad de las mismas.