Salud

La epidemia de azúcar dirige la batalla a los productos con añadidos 'ocultos'

Imagen: Dreamstime.

El azúcar, como lo han sido las grasas, es la nueva bestia negra a combatir entre nutricionistas y médicos. Instituciones sanitarias a nivel mundial llevan varios años alertando sobre el excesivo consumo de este producto endulzante, que crece en nuestra dieta de modo exponencial prácticamente sin que nos demos cuenta.

En España ingerimos de media 94 gramos de azúcar diario por persona, lo que duplica la recomendación máxima de la Organización Mundial de la Salud, que fija 50 gramos -equivalentes a 12 cucharaditas de café-, aunque la cantidad ideal la establece en 25 gramos. Junto con Reino Unido, somos el país europeo con mayor consumo de azúcar.

Asociaciones de consumidores y organizaciones sin ánimo de lucro se han sumado a una batalla que señala ahora directamente a la industria alimenticia. El motivo parece justificado: los azúcares que consumimos no solo proceden del mismo producto puro que añadimos en otras preparaciones, sino que se adiciona en cientos de productos preparados que compramos habitualmente en los supermercados.

Los consumidores pueden elegir añadir una cucharadita de azúcar o dos a su café. O agregar al yogur o a un zumo. También elegir merendar un bollo relleno de chocolate u otro alimento salado. Sin embargo, el consumidor no es consciente de que la pizza que compra precocinada tiene cuatro terrones y medio de azúcar, la misma cantidad existente en un brick pequeño de tomate frito. O que un flan con 0% de materia grasa ya incluye otros siete terrones, como ha denunciado recientemente el impactante trabajo fotográfico del proyecto sinAzucar.org.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha aprovechado la revulsión de la publicación de esta información en imágenes para aportar otros datos ya recabados en un informe publicado en noviembre que el consumidor debería tener en cuenta a la hora de adquirir unos alimentos u otros en las superficies de venta, poniendo especial atención a esos azúcares que no podemos detectar a simple vista. Más allá de esto, han puesto la lupa en productos que suelen incluir reclamos en sus envases de "0% en materia grasa, rico en hierro, con fibra, vitaminas" y avales de sociedades científicas y de nutrición. El engaño es aún mayor ya que, bajo su apariencia de un alimento sano, el consumidor está comprando una bomba de azúcar perjudicial para la salud.

La OCU ha vuelta a lanzar su lista con 50 de estos productos y el equivalente de sus raciones individuales en terrones de azúcar, para ayudar a que los consumidores sean conscientes del azúcar que comen oculto en una -en apariencia- insignificante magdalena. Este bollo de la marca La Bella Easo tiene dos terrones de azúcar. El popular Bollycao, de Panrico, supone tres de ellos. Los cereales que tomamos en el desayuno no están exentos de azúcar: una ración de los supuestamente saludables Special K de Kellog's van 'inflados' con dos terrones de azúcar. Un zumo tropical Bifrutas Tropical de Pascual incluye hasta 16 gramos (cuatro terrones), la misma cantidad que las galletas Fontaneda Bel Vita de chocolate.

Una de las principales reivindicaciones de esta asociación en torno al consumo inconsciente de azúcar es que la normativa se amplíe para obligar al fabricante a avisar en el envase de modo visible que ese producto lleva azúcares añadidos, además de que este tipo de alimentos elaborados con una gran cantidad del endulzante no puedan llevar publicidad relacionada con avales científicos.

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Comentarios 2

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Envenenamiento masivo.
A Favor
En Contra

Envenenando a las gentes por dinero y estas dejándose envenenar por ignorancia y confianza.

La solución es que a todo productor de veneno, le suministran dosis elevadas de sus venenos durante 3 años consecutivos y se acabaron los problemas.

Puntuación 1
#1
ChauChau
A Favor
En Contra

Totalmente de acuerdo con 1. Deberian poner fotos de las complicaciones de la diabetes, la obesidad y el cancer en productos con azucar añadido, igual que hacen con el tabaco. A diferencia de las grasas el azucar no es saciante y puede consumirse ilimitadamente, por lo que es extremadamente peligroso. Por ultimo acostumbra el paladar. Hay quien dice que la fruta no sabe como antes, pero es que es imposible, por poner un caso, que un melocoton sepa dulce despues de haber comido algo con tomate frito industrual.

Puntuación 1
#2